¿Qué se hace cuando no tenemos ganas de hacer nada?

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¿Qué se hace cuando no tenemos ganas de hacer nada?

¿Qué se hace cuando no tenemos ganas de hacer nada?  No hablo de flojera, sino de la falta de ganas que aparece junto con y como resultado de la sensación de que nada tiene sentido, de que no importa ya lo que hagamos, no parece accesible aquello que teníamos planeado.  El mundo no se convierte en un mejor lugar porque plantamos 8.5 árboles cada uno.  “La gente” no nos trata mejor porque nosotros somos buenos, justos, y educados.  La vida no nos premia por haber aguantado injusticias y maltratos.

Si nuestro bienestar fuera resultado de nuestras intenciones conscientes (y a veces fantaseadas), todos seríamos felices, creo.  Pero a pesar de comer sanamente y beber suficiente agua, siguen los vuelos atrasándose, siguen llegando los estados de cuenta, sigue la “lucha diaria”, siguen las insatisfacciones y los sinsentidos.

¿Qué se hace cuando ya no tenemos ganas de hacer nada?  Detenernos, por supuesto.  Entiendo que no podemos dejar de trabajar, ni de ir a la escuela, ni de comer, etc., pero sí podemos hacer un alto en otros momentos y espacios de tiempo para convivir justo con esas “ganas de no hacer nada”.  ¿Si habláramos tomando su voz?  ¿Si dibujáramos desde su mirada?  ¿Si nos sentáramos un rato a no hacer nada?  Si hiciéramos ese ejercicio, nos daríamos cuenta de que el sinsentido existe y es parte de nosotros, pero también encontraríamos respuestas a algunos cambios, aunque sean pequeños, que nos aportarán mayor satisfacción en nuestras vidas.  ¡Los acompaño!