¿Qué pasaría si tu madre escogiera tu ropa por una semana?

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¿Qué pasaría si tu madre escogiera tu ropa por una semana?

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Debo recordarte que si aceptas cumplir con el reto propuesto, recibirás la gran bendición de convivir con tu madre de una manera mucho más profunda, amorosa y divertida.

Hace poco tiempo tuve la oportunidad de aceptar un reto bastante interesante y novedoso: consistía en permitir que mi madre eligiera mi ropa por una semana. Confieso que al principio me preocupaba el hecho de que la diferencia entre los gustos de mi mamá y los míos, se volviera abismal y no me sentara bien. No obstante, el resultado final me dejó verdaderamente impactada.

Posiblemente, para muchas mujeres este desafío puede parecer un tanto insignificante y absurdo. Incluso, para mí lo fue al comienzo. Sin embargo, al experimentar —día con día— nuevas formas de verme y sentirme bien utilizando prendas que nunca pensé que me gustarían, comprendí la importancia de que cada mujer viva esta experiencia, más si es junto al ser que más la ama.

Debido a esto, estimada lectora, en este artículo me gustaría invitarte a que permitas que tu madre elija la ropa que te pondrás por una semana y compruebes las maravillas que puede traer a tu vida su buena influencia. No tengo duda de que los resultados de este pequeño experimento te sorprenderán.

Para animarte, a continuación te comparto cuatro lecciones que yo aprendí de esta inigualable experiencia:

1. Otra perspectiva sobre mi aspecto personal
Una de las enseñanzas más grandes que recibí al aceptar el reto fue aprender que todo cambio positivo nos puede dar una mejor perspectiva acerca de nosotros mismos. En lo particular, al dejar que mi madre compartiera conmigo algunos gustos y puntos de vista que consideraba buenos para mí, descubrí que mi aspecto personal podía lucir mucho mejor de lo que yo pensaba.

Incluso, me di cuenta de que no sólo físicamente me comenzaba a sentir más plena, sino que, emocional y mentalmente estaba mucho más animada y abierta a probar cosas nuevas y desconocidas.

2. Nuevas maneras de verme mejor
Al hacer caso a los consejos de mi madre, me percaté de que mi aspecto personal podía lucir bien con diferentes estilos. Aun cuando mi madre es una mujer de 60 años, con gustos mucho más conservadores que los míos, descubrí que puede ser igual de divertida y creativa que yo a la hora de vestir.

De la misma manera, comprendí que aferrarme a un solo estilo —como lo había hecho durante muchos años— puede ser absurdo y limitante. Aprendí a que un vestido recatado y formal —según el gusto de mi madre— puede hacerme ver tan bella como los pantalones de mezclilla y camisas de cuadros que tanto me gustan.

3. Elevé mi autoestima
Ahora bien, y por increíble que parezca, a lo largo de esta experiencia descubrí que mi autoestima aumentaba cada vez más. A medida que permitía que la influencia positiva de mi madre me impactara, me sentía mucho más segura de mí misma. Al mirarme en el espejo y darme cuenta de que existen miles de posibilidades de verme y sentirme mejor, me hizo pensar en lo valiosa que soy como mujer.

Al permitir que mi madre me transmitiera su perspectiva sobre aquello que me sienta mejor al momento de vestir, me hizo pensar que nadie mejor que ella puede amarme más para procurar mi bienestar.

4. Conocí mejor a mi madre
Otra de las enseñanzas que recibí de este interesante desafío fue conocer mejor a mi madre. Es decir, descubrí cuáles son aquellos aspectos en los que sus gustos y los míos pueden ser diferentes, complementarios o similares. Me percaté de cuál es la tendencia que ha marcado su estilo y cuál es la parte que —en cierta medida— se ajusta y no al mío.

Ciertamente, el hecho de detectar las cualidades y virtudes de mi mamá me dio acceso a comprenderla y conocerla mejor no sólo como madre, sino también como mujer.

Por último, debo recordarte que si aceptas cumplir con el reto propuesto, recibirás la gran bendición de convivir con tu madre de una manera mucho más profunda, amorosa y divertida. Estoy segura de que descubrirás que todo cambio y buen consejo puede ayudarte a resaltar la belleza que hay en ti.