¿Qué pasará después de las elecciones?

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¿Qué pasará después de las elecciones?

¿Qué seguirá después de que se realicen los conteos y se empiecen a nombrar a los ganadores de la elección de este domingo? ¿Qué pasará el lunes? ¿Qué esperamos de las reacciones postelectorales?

Después de las elecciones veremos, primeramente, algo que sucede en cada elección: un torbellino de triunfalismos, derrotismos, cuestionamientos, cascadas de demandas en tribunales, descalificaciones, acusaciones de robos y supuestos usos de recursos públicos. Otros preferirán quedar callados y no dar la cara, dar la espalda ante el fracaso. Otros comenzarán a ver sobre el hombro, como a quien no lo merece la vida.

Escucharemos que el País va por “buen rumbo” o que “recuperó rumbo”. Regresaremos a las explicaciones que venimos escuchando desde hace años, pero que por más que las repiten y las conocen, no corrigen: que la gente está harta, que los resultados son el reflejo del hartazgo y de la necesidad de hacer otro tipo de política, que la ciudadanía habló y eso es la democracia, que ganó el asistencialismo.

Después de las elecciones se olvidará que más de 80 personajes políticos fueron asesinados. La normalización de la violencia tendrá su punto cúspide en la impunidad de los casos.

Olvidaremos que estas elecciones, como ninguna otra, se convirtieron en un circo político, una especie de freak show donde igual vimos a exdeportistas, artistas, luchadores, influencers o exreinas de belleza compitiendo sin, muchos de ellos, un interés genuino por el servicio.

El clima político se acentuará en dos polos, las dos visiones de País que los mismos actores políticos nos han querido imponer. Seguirán los ataques de unos a otros, de un bloque a otro bloque. Nadie recordará las propuestas porque sencillamente no las hubo.

Los ganadores declararán que ahora sí ya no representan a las siglas de un partido, que gobernarán o legislarán para todos. Frases sacadas del manual, pero que todos sabemos que no se cumplen: los intereses a los que obedecen son los de una cúpula partidista.

A nivel nacional los diputados y diputadas tendrán un papel protagónico para la democracia y el quehacer político. O entienden que para el único proyecto que trabajan es el de la gente, o estaremos destinados a la repetición de un sistema podrido.

Después de la elección, el resultado servirá para medir la percepción pública del proyecto de la cuatroté. No cambiará mucho en cuanto a los proyectos como el tren Maya o la refinería Dos Bocas.

Si gana Morena esperaremos el avasallamiento de todo lo que indique el ejecutivo. De tener el resultado contrario, iniciará una lucha por imponer lo deseado por el Presidente. La polarización, sea cual sea el bando elegido, se mantendrá en la esfera de discusión.

En lo local, después de las elecciones sabremos qué tan inoculado está el partido del gobierno federal en las preferencias de los coahuilenses. ¿Mantendrán municipios que gobiernan como Francisco I. Madero o Piedras Negras? ¿Ganarán más o menos ciudades? ¿Los programas sociales del Gobierno Federal habrán trascendido e impactado al electorado coahuilense en estas elecciones? ¿Cuál será el escenario político de llegar a ser alcalde/alcaldesas ‘x’ o ‘y’ candidato? ¿Se imagina un escenario en el que las principales ciudades como Saltillo, Torreón, Monclova y Piedras Negras no sean ganadas por el PRI?

Además, después de las elecciones vendrán los rumores de pasillo porque en automático quienes ganan esta elección, sobre todo de municipios como Saltillo o Torreón, se vuelven candidateables para la gubernatura.

AL TIRO

Después de las elecciones de hoy. Usted tendrá que salir a trabajar como todos los días. Pero hoy salga a votar. Por quien usted quiera. Convencido o convencida que ese personaje que elija será el mejor representante para usted.

Piense que esa persona que elija o gane, será el empleado de su empresa. Será quien administre sus recursos, sus impuestos. Quien deberá tomar las mejores decisiones para sus hijos e hijas, para su comunidad, sus recursos naturales, sus servicios públicos.

Pero hágase una pregunta: ¿después de las elecciones qué?, ¿qué postura tomaremos como ciudadanos, como sociedad?

La política y la democracia no pueden empezar ni terminar este día.