Comenzando con el atrevimiento de que la guerra y las armas son el negocio más redituable para los países más poderosos, dejaremos en claro que las ideologías y la religión pasan a segundo plano y el tema de Estados Unidos con Irán, principalmente, es uno de interés económico y geopolítico.

¿Cómo inició todo? El 29 de diciembre pasado, un bombardeo estadounidense mató a 25 milicianos pro iraníes y el 3 de enero Estados Unidos asesinó en Irak al general iraní Qasem Soleimani mediante el lanzamiento de una bomba desde un dron. Soleimani era considerado como el militar más popular en Irán y, para muchos, el segundo hombre más poderoso del país. La función del militar caído era la de coordinar redes de apoyo proiraníes y encargado del ataque de grupos como el ISIS –pequeño bebé de Hilary Clinton.

En ese contexto, Irán respondió y el martes 7 de enero lanzando cohetes contra instalaciones iraquíes que alojaban a soldados de EU.

El presidente Donald Trump recibió una andanada de críticas dentro y fuera del territorio estadounidense por su peligroso manejo de crisis y para muchos especialistas ese supuesto triunfo se percibió como falso.

¿Existe un peligro de guerra? Muchos especialistas perciben como un riesgo lo acontecido y ven como inicio de una escalada bélica, aunque usando a terceros desde ambos bandos. Además, el conflicto aleja todavía más la posibilidad de llegar a un nuevo pacto nuclear. Trump dijo: “hicimos esto para parar una guerra, no para iniciarla”, pero escalar y evitar una guerra no es ganar.

El riesgo de represalias iraníes es latente y es probable que se pueda recrudecer en los próximos meses o años por vías como ciberataques o atentados, según opinión de expertos. Por si fuera poco, Irak ya se encuentra hastiado de figurar como tablero en donde otros países mueven sus fichas para enfrentarse.

No obstante a lo mencionado, Trump insiste en venganza de fuego si los iraníes llevan a cabo su cruda represalia, como lo dijo el ayatolá Alí Jamenei, quien es visto como un líder por encima del presidente y de otros poderes de aquel país.

Hacia el interior, el Congreso de Estados Unidos no descarta la posibilidad de imponerle límites a Trump de hacer una guerra, además que de acuerdo a sondeos ciudadanos de Estados Unidos, la mayoría desaprueba las agresivas jugadas del presidente.

Por otra parte, ¿cuáles serían los motivos de confrontar a una nación más fuerte de todas las que se ha enfrentado desde Vietnam? ¿Por qué si ha gastado miles de vidas y millones de dólares en esa parte del mundo en donde inclusive le cedió al propio Irán y a Rusia el terreno en Siria?

Finalmente, está la posibilidad de que su violencia verbal, diplomática y militar es para desviar la atención respecto al impeachment sobre Trump y que indirectamente gané adeptos para su campaña (aunque las primeras encuestas respecto a ello solo manejan que el 34 por ciento de los entrevistados aprueba lo dicho y hecho).