Un virus socialista amenaza con partir en dos el ADN de la sociedad norteamericana. Está siendo desparramado como un ébola cultural por los principales medios como CNN, NBC, MSNBC, y encabezados en prensa escrita por las noticias “fake” del New York Times y sus editorialistas. Google, Facebook y Twitter son las llagas visibles y ultra-contagiosas.

Otras importantes fuentes de infección son las princpales universidades y por supuesto el partido Demócrata, últimamente secuestrado por el grupo AOC+3. Ellas son las representantes extremistas que capitanean el New Green Deal. ¿Qué quieren? Entre otras cosas, cavar con aviones y vacas en nombre del balance ecológico.

Suena exagerado, pero esta advertencia se ha estado materializando en la forma de las tres R’s, tres campañas mediáticas implacables para tirar a Trump, impedirle gobernar y evitar su reelección.

La primera R: Rusia. Duró desde poco antes de la elección en 2016 hasta el reciente informe de Mueller que sonó bofo. Ahora el libro de Andrew McCarthy “Ball of Collusion” ridiculiza la teoría de la conspiración entre Trump con Rusia. Este fiscal federal retirado aclara que la investigación de seguridad nacional que trajo a Trump acusado de ser un agente ruso, se realizó para Barack Obama y bajo su supervisión.

Ahora con Trump liberado de haber complotado con Rusia el tema dará un giro de 180 grados y Barack Obama (¿se acuerdan de mi artículo Obamagate?) tendrá que responder por haber utilizado instituciones de inteligencia nacional para atacar a un candidato, su campaña y peor aún para tratar de derrocar a un presidente en funciones.

La segunda R: racismo. En Estados Unidos ser racista es mil veces peor que ser mariguano. La candidata demócrata a presidente Kamala Harris habla de fumar mariguana como si fuera brindar con champaña, pero es un furiosa anti-Trump y quiere su puesto.

Ella es de las extremistas anti-racistas que apoya destruir todas las estatuas de héroes sureños, reescribir la historia para condenar a Jefferson y otros fundadores dueños de esclavos. Además, crear un fondo de quinientos mil millones de dólares para “reparaciones” a minorías maltratadas. El pecado principal que atribuyen a Trump, querer tomar control de la frontera y puertos de entrada a Estados Unidos.

La tercera R: Recesión. Esta es la que más va a afectar a México si no ponemos atención al pleito de las tres R’s. Es cierto, China está en recesión. Igual Alemania. Quizá todo el mundo lo esté, ¡pero no Estados Unidos! Mis gurús aclaran que nuestros vecinos continúan recibiendo milllonadas de capitales. Están creciendo, no hay inflación, y casi no hay desempleo. Los bancos, aseguran, están con balances muy sanos, recuperados de los estragos del 2008.

Sin embargo, hay demócratas que desean recesión y la pregonan. Celebran cualquier bache de la bolsa de Wall Street. En teoría, la recesión provocaría la derrota de Trump en 2020. A ese grado llega su trastorno mental trumpiano.

El virus socialista de tres R’s no surge de la clases marginadas, sino de las adineradas que tienen como hobby moldear al planeta. Menos aún de los “homeless” que defecan en las banquetas de San Francisco y Seattle, sino de los artistas millonarios de Hollywood, de los billonarios dueños de medios, y de la gente intelectualmente más influyente. En pocas palabras, es un virus surgido del exceso de riqueza y no de la extrema pobreza.

Las ideas liberales extremas en favor del aborto tardío, la identidad de género, las fronteras abiertas, y el pánico calentamiento global son parte del ébola cultural de las tres R’s. Todas nos repercuten negativamente.

El pleito de las tres R’s entre la élites y los conservadores tiene el T-MEC sin aprobar y el TLC tambaleándose. De perdurar el encono que impide acuerdos en el Congreso, puede significar un clima de incertidumbre para la inversión extranjera en México. Ya con Andrés de presidente tenemos suficiente zozobra.

Si Estados Unidos cae, ¿qué nos puede esperar a nosotros? No levantarnos de la lona nunca.

javierlivas@mac.com