Para las zonas donde quedarse en casa ha sido una de las medidas necesarias para contener el contagio de COVID-19, los cierres temporales de establecimientos de la industria alimentaria han moldeado la nueva normalidad del consumo.

Ahora más que nunca, una buena nutrición es crucial para mantener la salud y el limitado acceso a productos frescos junto al sedentarismo pueden significar una combinación muy dañina.

La Organización Mundial de la Salud (OMS), lanzó una serie de recomendaciones para la dieta de la cuarentena, desde ingredientes a evitar hasta el manejo de pedidos a domicilio estas son las razones.

Limitar el consumo de sal. Muchos almacenaron productos enlatados o congelados para así tener que salir menos, estos contienen niveles demasiado elevados de sodio y los expertos aconsejan no pasarse de 5 gramos al día.

¿Por qué? De acuerdo con Nancy Cook, profesora de medicina en la Escuela de Medicina de Harvard, estudios relacionan una ingesta baja de sodio con una presión arterial estable y un menor riesgo de enfermedad cardiovascular.

Cuando ingieres demasiada sal, tu cuerpo retiene agua en un esfuerzo por diluirla. Esta agua adicional aumenta el volumen de sangre, lo que significa que tu corazón trabaja más porque empuja más líquido a través de los vasos sanguíneos.

Posible solución: 

Enjuagar los alimentos enlatados, como verduras y frijoles, para eliminar parte del exceso de sodio.

Evita agregar sal adicional al cocinar y experimenta con hierbas y especias frescas o secas para darle más sabor.

Consume más fibra. Estar más tiempo en casa conduce a “comer por aburrimiento” y ceder a cada antojo. Optar por snacks cargados de fibra contribuye a un sistema digestivo saludable y ofrece una sensación prolongada de plenitud, lo que ayuda a evitar comer en exceso.

¿Por qué? Un nuevo análisis de casi 250 estudios confirmó que la fibra soluble se disuelve en agua formando un gel que ayuda a reducir los niveles de colesterol, el riesgo de enfermedad cardíaca y regular los niveles de azúcar en sangre. Y la fibra insoluble elimina los desechos del cuerpo.

Posible solución: 

La fibra soluble se encuentra en los frijoles negros, los frijoles de lima, las coles de bruselas, el aguacate, el camote, el brócoli, los nabos y las peras.

Las fibras insolubles se encuentran en la harina de trigo integral, el salvado de trigo, la coliflor, los ejotes y las papas.

Reduce el consumo de alcohol. Un trago, o más, ha sido la alternativa de muchos para lidiar con el encierro pero expertos aseguran que incrementa los episodios de depresión, ansiedad y pánico. 

En entrevista para El Economista, Karla Siqueiros, directora general de Cerveceros de México, dijo que esperan cerrar el año manteniendo los niveles de producción del 2019, de 124 millones de hectrolitros, pues el confinamiento representó una oportunidad para encontrar nuevas formas de que la cerveza “esté cerca”.

¿Por qué? La OMS destacó que no solo es una sustancia que altera la mente y produce dependencia, dañina en cualquier nivel consumido, sino que también debilita el sistema inmunológico. 

Según Ellen F. Foxman, patóloga de Medicina de Yale en el Laboratorio de Virología Clínica, el alcohol altera las vías inmunitarias de formas complejas y aparentemente paradójicas, y deteriora la capacidad del cuerpo para combatir infecciones.

Posible solución: 

Establece un límite en la cantidad que beberás. No más de una bebida estándar por día para mujeres y hombres de 65 años o más, y no más de dos bebidas estándar por día para hombres menores de 65 años.

La principal recomendación de la OMS para esta pandemia es preparar más comidas caseras y cuidar el tamaño de las porciones según edad, peso y condiciones de salud.

“Durante la vida diaria normal, muchas personas a menudo no tenían tiempo para preparar comidas caseras. Pasar largos períodos de tiempo en casa ahora puede ofrecer la posibilidad de hacer recetas que antes no tenía tiempo para hacer”.

Y para la entrega y el transporte de alimentos, destaca la importancia de mantener los alimentos a temperaturas seguras (por debajo de 5 ° C o por encima de 60 ° C).

*Con información de la Organización Mundial de la Salud y de Harvard Health Publishing de la Escuela de Medicina de Harvard.