Usted está aquí
Qué hacer ante un huracán
Muchos científicos postulan que la violencia de los últimos eventos meteorológicos se debe al cambio climático que estamos sufriendo. En cualquier caso, sí es cierto que estamos observando un recrudecimiento de los fenómenos atmosféricos. Así que es lógico que nos surja una duda inevitable: ¿qué podemos hacer ante la llegada de un huracán? Este tema ha sido abordado en numerosísimas ocasiones y hay información oficial ofrecida por numerosas agencias como la Federal Emergency Management Agency (FEMA). Pero resumiendo, tenemos que tener claras las tres fases de preparación.
Antes del huracán
Un apartado esencial de los huracanes es que podemos prever su aparición con tiempo suficiente. Esto nos permitirá prepararnos comprando los medicamentos necesarios. Además de los específicos, siempre deberemos tener antisépticos, vendas y apósitos y suero fisiológico. También es imprescindible contar con agua potable, linterna, pilas y/o baterias. También es buena idea tener algunas velas a mano. Por supuesto, la comida tampoco debería faltar. Lo importante es tener reservas para una semana al menos, aunque no hay que perder la calma comenzar a hacerse con recursos a lo loco. Una vez avituallados, es imprescindible seguir por radio y televisión la evolución del huracán. Precisamente, las pilas nos permitirán tener acceso a la radio en todo momento. También hay que tener listos los contactos de emergencias. Durante el huracán algunas vías de contacto, especialmente los móviles y las líneas telefónicas podrían verse cortadas. Por ello, es importantísimo contar con un plan de emergencia preparado de antemano que incluye vías de salida, puntos seguros y lugares de reunión en caso de que se pierdan los familiares.
Durante el huracán
Si los medios de emergencia no han decidido evacuar la zona, decisión a la que hay que hacer caso de inmediato, durante el desarrollo del huracán deberemos esperar. Salir a la calle puede traducirse en un peligro severo debido a la intensa lluvia o los vientos. Los objetos pueden desprenderse y caer sobre las personas. Para esperar, habrá que hacerlo dentro de un edificio robusto, a ser posible no demasiado alto, en el interior y alejado de ventanas y puertas. También es conveniente cerrarlas. Es bueno taponar la parte baja de las puertas para evitar que entre el agua. Por último, sería conveniente adoptar una posición de seguridad, bajo una mesa y tumbados en el suelo durante los momentos más fuertes del huracán. En este caso es muy conveniente tener a mano la radio para estar informado y nunca, nunca, dejarse llevar por el pánico.