¿Qué fin tendrán los terrenos del Aeropuerto?

Usted está aquí

¿Qué fin tendrán los terrenos del Aeropuerto?

“La visión no es locura”

Durante los últimos meses ha estado en la agenda pública relativa al desarrollo urbano el destino que deberán tener los terrenos e infraestructura que actualmente ocupa el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, y que al dejar de operar, abrirá una ventana de oportunidad a la ciudad para subsanar muchos de los rezagos que padece en cuanto a áreas libres, de convivencia y beneficio público.

Hasta ahora parte de la polémica se ha centrado indebidamente en que si, a pesar de ser terrenos federales, la Ciudad de México tendrá preferencia sobre las características de uso del suelo para lo que ahí se realice. Lo anterior no debe estar a discusión, es potestad de la autoridad local establecer la normatividad urbana relativa a los Programas Delegacionales de Desarrollo Urbano y al encontrarse en la Delegación Venustiano Carranza, corresponde al instrumento normativo respectivo definir su uso.

En esencia lo complejo radica en la propiedad de ese territorio de 710 hectáreas, que pertenece a la Federación, por lo que es previsible un arrebato entre múltiples intereses por ocuparlo; el país y la ciudad no pueden perder la oportunidad de llevar a cabo en este sitio grandes acciones, para lo cual se tendrá que hacer una cuidadosa negociación. Enumero varias propuestas que son complementarias y corresponderían a un proyecto ambiental, educativo y de impulso económico, temas urgentes para un sano desarrollo.

1.— Una gran área natural con vegetación y cuerpos de agua, sitio de convivencia y pulmón de una zona carente de áreas verdes, prácticamente un extenso parque metropolitano con diversos atractivos y programas.

2.— Un complejo educativo mixto y diverso, prácticamente una Ciudad del Saber, donde instituciones públicas, privadas y organismos internacionales converjan en la docencia, la investigación y en un parque de tecnología limpia y de frontera.

3.— Un recinto ferial o centro de convenciones de amplias dimensiones debidamente equipado, que aproveche la infraestructura existente de comunicación, amplias vialidades tanto edificaciones como hoteles y demás construcciones para que ahí se establezcan servicios que den aliento y visión para mejorar sustancialmente el área circundante.
Estas tres acciones denotan la preocupación por concebir una ciudad y zona metropolitana con sustanciales mejoras y menor agresividad, pernicioso sería continuar con una política de concebir a los habitantes como simples consumidores y abarrotar tales espacios con centros comerciales y viviendas de mala calidad, la ciudad requiere de espacios de convivencia que ayuden a urdir el tejido social, disminuir la inseguridad y reducir las tensiones cotidianas que generan vivir en la gran urbe.

Los tres terrenos de mayor dimensión en la ciudad son: el Aeropuerto, el Bosque de Chapultepec y Ciudad Universitaria de la UNAM, estos últimos fueron producto de sabias decisiones para dotar a la ciudad de áreas verdes y complejos educativos. Ambos territorios son referencias urbanas imborrables y enriquecen la vida urbana. Aprendamos de nuestra historia y que la memoria aprendida nos conduzca a una metrópoli de ciudadanos y no de sujetos de consumo.