La política mexicana vive tiempos difíciles. El discurso político pierde respeto y legitimidad todos los días. La clase que nos representa exhibe a diario un espectáculo nuevo de corrupción o cinismo. La gente está enojada, dijo alguna vez Trump, y se montó en esa ira hasta llegar a la Casa Blanca.

En México la gente también está enojada. Tras una alternancia decepcionante en muchos aspectos y el regreso fallido del “nuevo PRI”, todo indica que la gente quiere otra vez “un cambio”. Las encuestas lo refuerzan: es la oposición quien ocupa los primeros dos lugares en las preferencias. Sobre todo la oposición “de izquierda”, aunque tengo muchas dudas de si ese término aplica con precisión para Morena.

En ese contexto, hay un nuevo espacio para pelear por el poder en la conversación pública: internet. Y todo lo que se puede hacer allí dentro. Somos esa extraña democracia donde los ciudadanos no pueden contratar espacios en medios tradicionales para apoyar o criticar a los políticos en campaña, pero sí pueden financiar y montar en minutos un fan page repleto de fake news.
Fake news es la nueva manera de llamarle a la mentira digital. Rumores, ataques sin sustento, verdades a medias, información no verificada.

Yuval Harari comenta en “Sapiens” que nos volvimos humanos cuando empezamos a “chismorrear”. Si bien el fenómeno del “rumor” o el “chisme” existe desde que hablamos, el concepto fake news se instaló como una manera sencilla de comprender la modernización de un añejo vicio mediático: el de propagar vía redes sociales “noticias” falsas. O sea, información que muchas veces no es ni información ni noticia, sino una mentira camuflada de periodismo.

El término se puso de moda tras la elección estadunidense donde resultó ganador Donald Trump. Pero cabe señalar que hasta Facebook ha tenido que rendir cuentas ante las autoridades de ese país por el negocio que hicieron gracias a la propagación de noticias falsas.

Con el fin de combatir el abuso y los efectos de ese fenómeno en el contexto electoral mexicano, y a iniciativa de Animal Político, AJ+ y Pop Up Newsroom, un colectivo de más de 60 medios del País lanzaron hace apenas una semana la iniciativa Verificado2018, cuyo nombre hace homenaje a Verificado19s.

El objetivo del proyecto es claro y sumamente útil: rastrear fake news en redes sociales e internet y desmentirlas haciendo periodismo.
Verificando con herramientas de fact checking de última generación, y el trabajo de un amplio equipo, quienes estarán generando material diario para difundir a través de la red de aliados. Lo que no quita que cualquier medio pueda difundir el contenido generado, si así lo desea.

Tras una primera semana de trabajo ya sabemos que el video sobre Andrés Manuel y Maduro es falso, que la primera dama nunca le dijo “pobretón” a AMLO, que Carlos Slim no anda diciendo que votar por el PRI es como recontratar a un empleado que te roba, que cierta encuesta es falsa, entre otras informaciones falsas ampliamente compartidas en redes por los usuarios.

Apenas a una semana, Verificado2018 ya tiene 73 mil seguidores en Twitter y más de 40 mil en Facebook, lo que habla de un crecimiento extraordinario y nos demuestra que el proyecto ha sido bien recibido por los internautas.

Por supuesto ha recibido y seguirá recibiendo muchas críticas de todos los bandos políticos. Pero confío plenamente en que al final los creadores y propagadores de fake news lo tendrán más difícil y la sociedad tomará decisiones electorales con información más sólida.

Pero lo que más destaco de Verificado2018 es su efecto profundo en la forma en que los usuarios se informan vía las redes sociales hoy en día.

En la medida en que los algoritmos de las redes sociales proveen contenido que a los usuarios “les gusta”, terminan por reforzar sus creencias en lugar de contrastarlas. Es decir, si soy partidario del “Peje”, es más probable que en mi feed de noticias reciba opiniones y contenido que refuerce esa posición en lugar de contenido que la contraste o confronte.

Y creo precisamente que ahí está el valor más grande que Verificado2018 aporta a la conversación pública, porque es más fácil seguir creyendo una mentira que nunca ha sido desmentida que una que ha pasado por un proceso de verificación.

Por supuesto que Verificado2018 no eliminará la naturaleza emocional de la decisión electoral, pero sí construirá sobre la naturaleza racional de la misma al aportar información precisa y veraz sobre las candidatas y los candidatos entre quienes habrá que elegir.

Enhorabuena a Daniel Moreno, al resto de promotores y a quienes fondean esta iniciativa. Verificado2018 ya está dando de qué hablar y las campañas todavía no empiezan.

@IngAdrianLopez