Es cuestión de lograr la combinación perfecta, de acuerdo con médicos y asesores en el descanso, una almohada y un colchón adecuados son clave para tener un sueño óptimo.

Las opciones abundan. Existen almohadas diseñadas para situaciones específicas, el embarazo, por ejemplo. También hay otras con características que les permiten amoldarse al cuerpo.

Si se trata de una almohada común la recomendación es cambiarla cada año, pero gracias a la tecnología cada vez es más fácil encontrar un producto de mejor calidad y que dure más.

Una almohada inadecuada puede ocasionar, además de incomodidad, daños a la salud:

-Si la cabeza está en una postura más alta que el corazón esto provoca dolor de cuello, hombros, espalda y cabeza.

-Los ronquidos se pueden vincular a tener una almohada que impide una correcta respiración.

-Si se usa una almohada de plumas y la persona suele tener congestión nasal o estornudos, es probable que sea alérgico a este tipo de material.

Para evitar la confusión y saber elegir la almohada ideal, lo primero a cuestionarse es: ¿para qué la quiero y en qué quiero que me ayude?