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¿Qué es la resiliencia climática?
El cambio climático altera las condiciones locales que normalmente prevalecían en un lugar, los fenómenos meteorológicos se vuelven más frecuentes y más riesgosos. A nivel local se percibe una modificación en los patrones de lluvias, lo que genera sequías más prolongadas y cuando llueve, las inundaciones son cada vez más recurrentes. En ambos casos se generan altos impactos sociales, económicos y ambientales. Las ciudades sufren de situaciones como esta, cada vez más frecuente, hay viviendas inundadas, calles con enormes baches, deslave a orillas de la carretera, drenajes desbordados, acumulación de basura, este tipo de situaciones, va deteriorando la calidad de vida y seguridad de las personas de forma evidente. Además, las alteraciones en la temperatura generan olas de calor o heladas intensas que afectan cultivos y animales por la aparición de plagas y enfermedades. Estamos en un escenario donde la constante ahora es la vulnerabiliad y el riesgo.
La resiliencia es un concepto que se utiliza para medir la capacidad que se tiene de adapatarse y recuperarse frentre a las perturbaciones del entorno. En este caso hacia esos cambios drásticos que genera el calentamiento global.
La resiliencia climática no sólo se refiere a que el entorno natural se vaya adapatando a las nuevas condiciones, también involucra la capacidad de la sociedad para aprender, ser flexibles e implementar cambios.
En una ciudad, la resiliencia climática se construye de varios elementos. Primero, de investigación científica, para conocer cómo está cambiando el clima en la localidad y en la región, qué efectos se tendrán en el entorno, así se puede tener un panorama del impacto en las principales actividades productivas.
Segundo, planear de forma diferente. Las toma de decisiones ahora debe estar basada en criterios ambientales y de sustentabilidad, justamente apoyándose en la investigación científica, ello implica también el desarrollo de capacidades institucionales, aplicar de forma efectiva los instrumentos de política, estrategias y programas donde la gestión por resultados es impresindible.
Un tercer elemento es la vinculación institucional para lograr financiamiento de infraestructura sustentable. Necesitamos un diseño urbano que sirva al desarrollo social en armonía con los recursos naturales. Se requiere de servicios públicos básicos que sostengan el desarrollo social y económico, y que a su vez, fortalezcan la resiliencia climática.
Como cuarto elemento, la educación ambiental y participación ciudadana. Es impostergable cambiar hábitos y dinámicas sociales en las ciudades para adaptarnos y mitigar el cambio climático. Necesitamos que la gente participe, pero que esa participación tenga conocimiento e información para realmente contribuir y enriquecer la toma de decisiones para construir una ciudad con resiliencia climática.
Reconexión Natural
Gabriela De Valle