Que buen fin
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Que buen fin
Pasada la fiebre de una campaña nacional de la que algunos dicen fue copiada del famoso “Black Friday” americano llamada “Buen fin” y teniendo una premisa sencilla que es incentivar el consumo y una mayor formalización del comercio para promover el crecimiento económico con ofertas en productos y servicios, ahora es tiempo de hacer algunos análisis que quizá nos dejen mucho más que un simple descuento.
Me queda claro que una campaña de este tipo al momento de aplicársele buenas estrategias de marketing al menos garantiza estar en la atención del consumidor pero quizá no en su gusto, los comercios podrán tener afluencia de posibles compradores pero tal vez no sean tan elevada la cantidad de ellos que sacan su cartera o abren su monedero para hacer un consumo real.
Se pronosticó por parte de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco-Servytur) un crecimiento en las ventas de los negocios o comercios participantes del orden del 5% respecto de 2014, esto es el registro más bajo en los últimos cuatro años, pues anteriormente el indicador era de dos dígitos. De tal suerte que la derrama en ventas esperada era de 207 mil millones de pesos y hasta el momento no se da dado a conocer la real. El tema del dólar no ayudó en el precio de los bienes importados y ofertados como los electrodomésticos y la reina de las ventas de esta campaña, la pantalla digital.
De acuerdo con algunas firmas de análisis de mercados, economía y finanzas como Nielsen, el Buen Fin es una iniciativa conocida por aproximadamente 85% de los mexicanos, pero sólo 15% de la población suele adquirir algún artículo entre los que destacan. Otro punto importante es el de la firma GCE (Gabinete de Comunicación Estratégica) acerca de la percepción de esta campaña de descuentos donde señala que un 60% de la población encuestada no ve una rebaja real en el precio.
En mi opinión esta relación entre consumidor y establecimiento se está fastidiando y tendrá que refrescarse revisando sus áreas de oportunidad, para que en las próximas ediciones pueda satisfacer una necesidad real de descuentos y seguir en el gusto de las diversas clases sociales o que se empiece a recargar en una sola.
También percibo que el mexicano no está acostumbrado a comparar y mucho menos a revisar precios anticipadamente antes de este tipo de campañas y por ello puede ser víctima de falsas promociones. El consumidor que tiene oportunidad de acceder a la frontera americana aún a pesar del aumento del dólar sigue consumiendo dentro de territorio americano y estas promociones le son indiferentes. Finalmente si se piensa que llegaremos a igualar el Black Friday y ver descuentos por cambio de inventarios por temporada de hasta un 70% o 2x1 en mercancías aún falta un inmenso camino por recorrer.