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¿Putin le tiene miedo a Hillary Clinton?
Washington, EU.- A pesar de que el candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump y el presidente de Rusia Vladimir Putin parecen estar de acuerdo en varios temas, existe uno en el que aparentemente no coinciden con la ex secretaria de Estado, Hillary Clinton.
Mientras que Trump sostiene que la candidata demócrata Hillary Clinton es demasiado débil para ser presidenta, el mandatario ruso parece tenerle miedo a Clinton.
Crece la evidencia de que la Federación Rusa está trabajando activamente para socavar las opciones presidenciales de Clinton. Cuando hackers revelaron los emails del Comité Nacional Demócrata solo unas horas antes de la Convención Nacional Demócrata, especialistas en seguridad de internet hallaron huellas rusas, asegura CNN.
Luego vino el más reciente hackeo al director de la campaña de Clinton, John Podesta.
Ahora, el gobierno de EU ha acusado formalmente al gobierno de Putin de interferir en las elecciones y todos los casos de intervención hasta ahora están claramente dirigidos a dañar a la candidata demócrata.
Es fácil saber por qué Putin le teme a Clinton mientras que la campaña de Trump intenta que los electores se fijen en los desmayos y la tos de la candidata, Putin la ve como una amenaza real a sus objetivos.
Para Putin, frenar a Clinton no es solo una meta estratégica, de igual forma es personal ya que en 2011, Putin enfrentó las mayores protestas que el país había visto desde el colapso de la Unión Soviética, explica CSMonitor.
Él llevaba dos periodos como presidente, lo máximo permitido, y en 2008 se había convertido en primer ministro, en una maniobra que le permitía mantener el poder mientras su aliado, Dimitri Medvedev, era presidente.
Entonces él anunció generando molestia, pero poca sorpresa que buscaría un tercer periodo como presidente. Tres meses después, la oposición estalló con furia cuando su partido obtuvo una victoria aplastante en las elecciones legislativas en medio de acusaciones de fraude.
Pese a las gélidas temperaturas en Moscú, miles salieron a las calles para exigir elecciones justas y poner fin al aparentemente interminable gobierno de Putin.
Entonces, la entonces secretaria de Estado estadounidense Hillary Clinton se puso abiertamente del lado de los manifestantes. “El pueblo ruso, como todos los pueblos”, señaló, “merecen elecciones justas, libres y transparentes”, delinea Sputnik.
Putin estaba furioso. Culpó a Clinton de las protestas y la acusó de haber enviado “una señal” a la oposición.
La animosidad personal de Putin ante Hillary Clinton coincide con sus mayores objetivos estratégicos. En años recientes, ha lanzado una política exterior (e interior) cada vez más musculosa. Ha desafiado a EE.UU., la OTAN y la Unión Europea cada vez que puede.
Clinton se encuentra en desafío directo con la visión de Putin, ya parcialmente en marcha, de una Rusia con una esfera de influencia que incluye territorios de la antigua Unión Soviética y, menos claro, Europa del Este, junto con un debilitamiento de Europa, Estados Unidos y la OTAN.
En contraste con Trump, durante años, Clinton ha hecho innumerables comentarios que sugieren que se opondrá con mayor fuerza a las ambiciones de Putin que lo ha hecho Barack Obama, diciendo que EE.UU. debe hallar formas para confinar, contener y disuadir las agresiones de Rusia contra Europa y más allá.
Mientras que Clinton parece decidida a endurecer la postura estadounidense, la política exterior de Trump coincide con la de Rusia.
Él ha indicado que podría reconocer la anexión rusa de Crimea, territorio de Ucrania capturado por la fuerza por órdenes de Putin; podría también suspender las sanciones económicas contra Rusia y alinearía su política en Siria con la de Putin y Bachar al Asad, escribe Inquisitr.
El asunto más urgente en la agenda de política exterior tanto de Estados Unidos como de Rusia es la guerra civil en Siria. En cuanto a eso, la campaña de Trump ha mostrado ideas opuestas, pero en el último debate Trump pareció estar del lado de Putin, añadió NZHerald.