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¿Puede un algoritmo terminar con la piratería en la industria de la moda?
Después de la pandemia, los hábitos de consumo han cambiado mucho, de hecho las compras en línea se han convertido en la ‘nueva normalidad’. Esta transformación digital es responsable de que el mercado de la moda haya experimentado cambios extraordinarios a lo largo de los últimos años. De hecho, la forma en la que las firmas anuncian, venden y distribuyen sus diseños ha obligado a los compradores a adaptar sus hábitos de compra y a adquirir productos de forma mucho más inteligente que antes, gracias a la inmensa información de la que se dispone, este espectro cambiante, a su vez, es el responsable de que la piratería hayan aumentado en la industria de la moda.
Tal y como ha revelado la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el universo de las falsificaciones crece anualmente un 15% y se espera que la piratería generen casi dos billones de euros en 2020. Por si fuera poco, según la Organización Mundial de Aduanas, las falsificaciones son las responsables de que en los últimos 20 años se hayan perdido más de 400 mil puestos de trabajo y más de 20 billones de euros. Según datos de la Asociación para la Defensa de la Marca (ADEMA), el fraude de las falsificaciones supone en Europa una pérdida de más de 6 mil 700 millones de euros anuales y la destrucción de más de 50 mil puestos de trabajo.
Y si bien nuestros hábitos cambiaron con la pandemia, también nuestros gustos, ahora las redes sociales no solo se encargan de que deseemos ciertos artículos de diversos diseñadores, sino que a su vez son las reponsables de que las falsificaciones disfruten de una creciente visibilidad. Casi el 20% de las publicaciones relacionadas con la moda terminan siendo copias de productos, por lo que ahora ya ni siquiera es necesario buscarlas a profundidad en la web, sino que en ocasiones, sin pretenderlo, podemos terminar en una página que despliega ante nuestra mirada un arsenal de copias con las que poder emular a las influencers y celebridades que seguimos sin tener que preocuparnos si se ven o no falsas en las fotografías. A su vez, la limitada oferta que muchas marcas emplean como herramienta de marketing es la causante de un abrumador y asfixiante deseo de compra que desemboca en el incremento del negocio de la piratería.
Por ejemplo, la marca Yeezy de Kanye West es una de las más anheladas en las redes sociales, con diseños que se venden por precios hasta siete veces superiores a los originales en páginas de reventa como TheRealReal y Vestiaire Collective, por lo que cada vez son más los que recurren a las falsificaciones pagar mucho menos. Algunas son de tal calidad que los expertos tienen dificultades para saber si se trata de un fraude, y es por ello por lo que la tecnología ha tenido que acelerar el paso.
TECNOLOGÍA VS FALSIFICACIONES
Desde hace unos años, la app Entrupy, conocida como “el Shazam de las falsificaciones”, es capaz de identificar copias en poco tiempo. Los fundadores de este superhéroe fashionista pasaron años coleccionando bolsos de marca y falsificaciones para enseñar al algoritmo, que aprende y mejora a cada uso, a detectar las diferencias entre ambos. Las lentes que utiliza son capaces de aumentar el tejido hasta 100 veces, y la inteligencia artificial empleada, dependiendo del bolso a analizar, estudia entre 500 y mil 500 características del mismo.
La app puede identificar si se trata de una falsificación en un margen de tiempo que oscila entre el minuto y una hora. Esta aplicación puede trabajar con 15 marcas de moda y su precio es de 99 dólares al mes, un precio razonable para terminar con este negocio que afecta a millones de empresarios y trabajadores
ENTÉRESE
> La plataforma de lucha contra las falsificaciones, The Counterfeit Report, dictamina que el 61% de las falsificaciones online proceden de eBay, el 13% en Amazon y el 5% en Alibaba.
(Con información de El País y Vogue)