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Prueba superada, Rusia está lista para el Mundial
Aún quedan cosas que ajustar, pero Rusia se siente lista para albergar el Mundial de fútbol dentro de un año después de aprobar el examen de la Copa Confederaciones.
"El ensayo fue un éxito", escribió hoy el diario "Izvestia". "Podemos, cuando queremos", se entusiasmó la web “championat.com".
La Copa Confederaciones, una especie de "mini Mundial" en el que se enfrentan los seis campeones continentales, el campeón mundial y el anfitrión, terminó el domingo con la victoria de Alemania sobre Chile por 1-0, pero para los organizadores eso era lo de menos.
Rusia quería enviar un mensaje de tranquilidad al mundo un año antes de recibir el megaevento futbolístico y, en gran medida, cumplió la misión. Nada de actos vandálicos ni racismo ni hooligans en los estadios: las escenas de violencia protagonizadas por los fans rusos en la Eurocopa de Francia 2016 no se produjeron durante la Copa Confederaciones.
"No sufrimos nada, no tuvimos ningún incidente. Todo funcionó sin problemas, perfectamente", se entusiasmó el presidente de la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA), Gianni Infantino.
El Gobierno ruso ha impuesto férreas medidas de seguridad y control sobre las personas, en un país donde la presencia policial ya es de por sí muy visible en las calles. Todos los aficionados tienen la obligación de inscribirse en un registro, paso sin el cual no pueden acceder a los estadios. Pero además las autoridades están ejerciendo un seguimiento especial sobre los hinchas más violentos.
El Mundial, sin embargo, será otra cosa. No habrá únicamente ocho equipos jugando en cuatro sedes, sino que serán 32 repartidos por 11 ciudades y 12 estadios. Y miles de aficionados extranjeros viajarán a Rusia para la Copa del Mundo, lo que convierte el evento en un escenario mucho más difícil de controlar.
De momento, el ambiente en los cuatro estadios de la Copa Confederaciones -en Moscú, San Petersburgo, Kazán y Sochi- fue pacífico y alegre. Y la asistencia media estuvo en torno a los 32,000 espectadores, señaló el director del comité organizador, Alexei Sorokin.
"Si se piensa que jugaron equipos que para nuestra población son desconocidos, entonces se trata de una cifra alta. Pero nos habría gustado que hubiera más extranjeros en los estadios", dijo.
Los recintos lucieron en perfectas condiciones y fueron alabados por jugadores y técnicos, pero aún hay obras incompletas en otros lugares, empezando por el mismo estadio Luzhniki de Moscú, que el 15 de julio de 2018, después de un mes de competición, debe albergar la final del Mundial.
Durante la Copa Confederaciones se publicó también el famoso "informe García" sobre la corrupción en el proceso de adjudicación de los Mundiales de 2018 y 2022, pero el documento guardado en secreto desde 2014 no aportó en realidad ninguna prueba de irregularidades por parte de Rusia.
Datos sobe la Copa Confederaciones
Lo que sigue causando problemas al país es el doping, que ahora parece haber alcanzado también al fútbol. El máximo jefe de la federación y del comité organizador, Vitali Mutko, negó como siempre las acusaciones, pero el canadiense Richard McLaren, investigador especial de la Agencia Mundial Antidoping, reveló en una entrevista que hay 155 muestras de futbolistas rusos sospechosas.
Entre ellas estarían al parecer las de todos los miembros de la selección del Mundial de Brasil 2014. La FIFA, aseguró, está investigando el caso.
El otro gran motivo de preocupación local está sobre el césped. Rusia fue el primer anfitrión de la Copa Confederaciones en 16 años en ser eliminado en la fase de grupos. No obstante, el equipo peleó y se ganó el corazón de los hinchas. El seleccionador ruso, Stanislav Cherchesov, tiene un año para mejorar. En lo demás, Rusia se siente lista.