Manifestantes indignados por la decapitación de siete personas de la minoría afgana Hazara marcharon hoy sobre el palacio presidencial, treparon sus muros y lanzaron piedras después de que ningún portavoz oficial acudiera a hablar con ellos.

La policía efectuó disparos al aire para dispersar a la multitud aglutinada en los muros.

La inusual manifestación reunió a miles de personas en Kabul, que marcharon durante más de diez horas bajo la lluvia y la nieve para criticar al gobierno por la deficiente seguridad en Afganistán y para condenar a grupos armados como el Estado Islámico.

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"Muerte a los que apoyan el terrorismo en Afganistan!", fue uno de los cánticos de la multitud.

Los cuerpos de las siete víctimas, entre ellas una niña de nueve años, fueron llevados durante más de ocho kilómetros hasta el palacio presidencial en forma de protesta.

Los funcionarios comunicaron que las víctimas eran de la minoría étnica afgana Hazara y que fueron secuestrados hace un mes. Sus cuerpos se encontraron durante el fin de semana en Zabul, una de las provincias más hostiles de Afganistán, donde los talibanes controlan varios de los distritos.

En el grupo de manifestantes había mujeres con niños pequeños, parejas de ancianos, escolares y personas de diversos grupos étnicos que exigían la renuncia del presidente Ashraf Ghani y del consejero delegado Abdullah Abdullah, además de un castigo para los culpables.

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Tras los disparos de la policía para dispersar a los manifestantes, el Gobierno envió portavoces para hablar con los manifestantes.

"Lo que demandamos incluye más seguridad, paz, detener inmediatamente esta oleada de asesinatos y para las víctimas, un entierro en un lugar muy específico de Kabul", declaró la manifestante Somaya Sama.

Las protestas obligaron a Ghani a dirigirse a la población a través de la televisión. "He ordenado a las fuerzas del orden afganas que hagan todo lo posible para asegurar la seguridad de la nación".

Pidió a la nación que rehuyera de cualquier tipo de acción que pudiera generar caos y desorden. "Los enemigos de Afganistán pagarán por la sangre de nuestra gente", advirtió el presidente.

Recientemente han surgido en Zabul miembros de la organización terrorista Estado Islámico.

"Existe una lucha interna entre dos facciones de los talibanes", declaró Gul Islam Sial, un portavoz del gobierno de Zabul.

"Desde que el distrito está bajo control de los talibanes, no podemos confirmar qué grupo es el responsable de las decapitaciones", concluyó.