Guerrero, Coahuila.- Tras celebrar la denominación que se le otorga a Guerrero, Coahuila, como “Pueblo Mágico”, El alcalde local Antonio Castillón Flores, aseguró que se impulsara la promoción del municipio a nivel nacional e internacional, por sus atractivos culturales, históricos y cinegéticos. 

Desde las emblemáticas ruinas de la Misión de San Bernardo, reconoció el trabajo que se ha hecho por la seguridad, lo que hoy permite la tranquilidad y la llegada de visitantes a este municipio lleno de riqueza natural e historia. 
Destacó que el resultado para lograr la denominación Pueblo Mágico, otorgado por la Secretaria de Turismo Federal, es gracias al esfuerzo de muchos para el que el municipio de Guerrero, el tercero de los estados del norte y noreste de México fuese distinguido como Pueblo Mágico.

“Ahora queda un gran trabajo por hacer para continuar año con año con la denominación que permitirá que a Guerrero se le conozca a nivel nacional e internacional, para atraer turismo y que conozcan la historia, su cultura y su gente”, afirmó.

También se aprovechara el presupuesto federal y poder atraer inversiones para infraestructura como una planta tratadora de aguas residuales y drenaje, entre muchas otras.

El atractivo: La Misión de San Bernardo

En esta población ubicada aproximadamente a 20 minutos de Piedras Negras, yacen las ruinas de la Misión de San Bernardo, punto fundamental durante la colonización de Texas.

En enero de 1700, llegó a lo que hoy es villa Guerrero un grupo de franciscanos del colegio de la Santa Cruz de Querétaro, encabezados por fray Diego de Salazar, San Juan de Buenaventura y fray Francisco Hidalgo. 

El virrey José Sarmiento y Valladares, conde de Moctezuma y Tula, ordenó en la Cédula del 28 de marzo de 1701, que se formara una compañía volante en el presidio de Río Grande; así que, en el lugar que hoy ocupa villa Guerrero, fue fundado el presidio de San Juan Bautista del río Grande del Norte. 

En 1702 se construyó la Misión de San Bernardo, teniendo una importante influencia durante el siglo 18 en el proceso de colonización que se realizó en lo que hoy es territorio de Texas, ya que aquí se establecieron los primeros grupos de colonizadores que partieron hacia el norte del río Bravo y fundaron lo que hoy es San Antonio. 

Las ruinas formaron parte del Complejo Misional Franciscano del Río Grande del Norte, que encabezó el capitán Diego Román, quien ayudó en la defensa de los colonizadores en contra de las tribus de indios rebeldes que habitaban esta región.