Promesas y realidades

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Promesas y realidades

Mientras que en el mundo se analizan las razones y motivos de las propuestas y acciones de Trump y tratan de predecir sus siguientes decisiones, alguien en México nos dio una clave para entender al Presidente de Estados Unidos. O al menos acercarnos. Carlos Slim nos puso a leer. En su última conferencia de prensa dijo que para entender a Trump había que leer su libro “Great Again, How to Fix Our Crippled America” y que no había que sorprenderse demasiado por sus acciones, ya que mucho de lo que ha propuesto en campaña y lo que ha hecho en su presidencia ya se adivinaba por lo que el mismo Trump revela en su libro.

Muchos norteamericanos de clase media votaron por Trump por sus promesas de bajar impuestos y confiaron en la posibilidad de reducir su carga fiscal. Sin embargo, al final puede resultar para muchos de los votantes de Trump un resultado contraproducente.

Una nota publicada el 3 de febrero en el Washington Post presenta el caso de James Hagedor, presidente de una compañía llamada Scotts Miracle-Gro y típico empresario norteamericano que votó por Trump esperando una reducción de impuestos del 36 a 20 por ciento o incluso menos. La empresa de Hagedor fabrica fertilizante con materias primas importadas principalmente de Canadá y Sri Lanka. Los impuestos a las importaciones (border-adjustment tax) que los republicanos están proponiendo, lejos de bajar los impuestos que Scotts Miracle-Gro paga ahora, los aumentarían más allá del 36 por ciento que paga hoy. Claramente no es lo mismo proponer que diseñar políticas públicas congruentes.

Beattyville, Kentucky, es uno de los pueblos con población mayoritariamente blanca más pobre de EU. Votó mayoritariamente por Trump. Las industrias del carbón y el petróleo, que hacían de Beattyville un lugar próspero y con empleos, se fueron en los 70. Más recientemente también se fueron los empleos de manufacturas y con la desesperación llegaron las drogas y el crimen. Todas las esperanzas de muchos de los habitantes de ese y de otras comunidades parecidas están depositadas en las promesas de Trump de reactivar las industrias, traer empleos de vuelta y devolver a estas comunidades la prosperidad perdida. 

Y es que, contrario a lo que muchos pensaban, en el sentido de que los votantes pobres no votan por candidatos ricos, en la última elección se demostró que cuando está presente una esperanza de prosperidad los pobres votan por quien les ofrece un mejor futuro. Trump es un hombre de empresa, que sabe cómo crear riqueza y que ha prometido mayor prosperidad a comunidades desesperadas. Los votantes están cansados de los políticos tradicionales, y quizás en estos años veamos a más de un empresario lanzarse a la política. Y no solamente en Estados Unidos.