Profesionalizar la Danza en Coahuila

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Profesionalizar la Danza en Coahuila

“Porque me he entrenado y me estoy entrenando siempre

 para poder bailar ligeramente al servicio del pensamiento”.

Søren Kierkegaard

Tenía ocho años cuando decidió ser bailarina, al ponerse por primera vez unas zapatillas y pisar la duela que crujía en la que entonces era la mejor academia de Ballet de la ciudad, y casi la única. A los 10 años comenzó a bailar en puntas y a los 12 ya interpretaba un solista en “El Lago de los Cisnes”. A los 14 años llegó a ser la “primera figura del Ballet Webber” y cuando tenía 16 años, junto a las alumnas más avanzadas, su maestra les llevó a tomar su primer curso a la CDMX. Fue ahí donde una maestra rusa, Galina Ulanova, decidió regresarlas a la clase de pre-ballet, con las niñas pequeñas, porque sus errores de colocación y su dominio técnico no les permitirían tomar un nivel más alto. Ahí entendió que lo que había aprendido en esos ocho años de su vida, no había sido suficiente o correcto, y que tal vez debería despedirse de su sueño de ser bailarina profesional.

Esta historia real sí tiene un final feliz, y aunque ocurrió hace ya muchos años, parece repetirse aún en nuestros días, en los que no sólo hay una sino decenas de academias en la ciudad, y un porcentaje considerable de ellas, dirigidas por maestros sin una formación completa, sin el dominio de la metodología de la Danza ni los conocimientos elementales de anatomía, kinesiología, pedagogía  y didáctica de la Danza; brindando una instrucción muchas veces incorrecta que puede llegar a causar serios problemas de postura y de ejecución o incluso lesionar el cuerpo de sus alumnos.

Hace 25 años, para una niña o niño que tuviera el deseo, la edad y las condiciones para ser un gran talento en la Danza Clásica, era casi imposible llegar a serlo. Con sólo tres Escuelas oficiales del INBA, dos en Ciudad de México y una en Monterrey, difícilmente sus padres accederían a enviarles a estudiar en ellas, (ninguna cuenta hasta la fecha con internado) y aún más difícil sería que la familia entera se mudara para alcanzar el sueño de ser bailarina de una niña de esa edad. Durante años, muchos talentos se disolvieron y algunos ni siquiera alcanzaron a ser descubiertos, salvo contadas excepciones, como Adriana García, y Ana Elisa Mena, que lograron formarse profesionalmente.

En 1999 comenzó a operar lo que fuera el germen de la profesionalización en nuestro Estado, seleccionando a algunas niñas con aptitudes para la Danza Clásica y brindándoles una formación intensiva con nivel profesional. Fue en 2001 cuando Rosa del Tepeyac Dávila Flores, directora del ICOCULT, autorizó el proyecto presentado para la creación de la primera Escuela Profesional de Danza Clásica de Coahuila, y de la mano de Francisco Hernández, coordinador de Danza del Estado, se realizaron los preparativos para que con la presencia de Kouluvec Ishenaliev y Daliris Valladares, se seleccionaran entre 80 aspirantes a 16 niñas que conformarían la primera generación, cursando las 32 materias teóricas y prácticas que integraban el plan de estudios y ocho años más tarde, tres de ellas se graduaran como las primeras bailarinas profesionales de Ballet Clásico en Coahuila.

No es objeto de este espacio comentar las vicisitudes que la Escuela experimentó durante los cambios de administración y la entrada de nuevos personajes a la dirección de la Cultura, pero finalmente, después de casi diez años, el proyecto se independiza, creando la Compañía y Escuela Profesional de Danza Clásica de Coahuila, A.C. logrando obtener el Reconocimiento de Validez Oficial de Estudios de la Secretaría de Educación y ofreciendo a la comunidad coahuilense las carreras de Ejecutante e Instructor Profesional de Danza Clásica.

Este 26 de Junio en el Teatro de la Ciudad se conmemoran 20 años de la profesionalización de la Danza en Coahuila, con un programa que incluye la participación de exalumnos y alumnos que han dado vida a este proyecto; una Suite del Ballet “Don Quixote” con la presencia de Jonhal Fernández, Primer Bailarín del Ballet de Monterrey, los cubanos Michel Parreño y Elaine Guillén (Primera bailarina de la Compañía de Danza de Coahuila) y de Said González, el alumno más destacado de esta Escuela, Ganador del 1er. Lugar en el Concurso Nacional de Ballet 2017 y acreedor a una beca por un año en English National Ballet School.

La infancia de nuestro estado tiene ya en la Danza una opción de proyecto de vida y carrera. Aún queda mucho por hacer, y en este camino en el que aún nos encontramos por dignificar la profesión del bailarín en nuestro Estado, invitamos a la comunidad a reconocer y apoyar el talento local, a respetar su formación tan válida como cualquier otra licenciatura o ingeniería, dejando de lado el comentario “te vas a morir de hambre” cuando alguien desea dedicarse al arte. Y como sociedad, a sentirse orgullosos de contar con una Escuela y Compañía que dignamente nos represente en el país y en el mundo.

A favor de la Danza en Coahuila, el registro para el Padrón Artístico y Cultural continúa abierto hasta el 21 de Junio.

Para mayor información sobre a la convocatoria, escribe a consejoculturacoah@gmail.com