La escasez de insumos tecnológicos a escala global, provoca que la industria automotriz mexicana deje de producir 30 de cada 100 automóviles que tiene la capacidad de ensamblar. Aunado a esto, las presiones en los precios de los autos y la lenta recuperación de la economía nacional deja como consecuencia que el sector aún no haya podido remontar la crisis que dejó la pandemia en 2020, afirman especialistas en el tema y analistas del sector financiero.

Será al menos hasta la primera mitad del siguiente año cuando el abastecimiento de semiconductores y microchips se normalice y con ello los niveles de producción de carros nuevos en el país, confirman los expertos.

Detallan que si bien, las ventas de vehículos nuevos en el país lograron despuntar 18.3 por ciento en el primer semestre del año respecto de igual lapso de 2020, alcanzar los números obtenidos antes de la crisis se dará hasta 2023.

Ignacio Martínez, coordinador del Laboratorio de Análisis en Comercio, Economía y Negocios, explicó que la producción de vehículos en el país se ha desacelerado desde el inicio del confinamiento global en marzo del año pasado.

“De cada 100 vehículos que se deben producir en el país, 30 se detienen por este tema… Los productores asiáticos no han podido normalizar la oferta de sus insumos y no es por un tema de paros sindicales o conflictos.”

Guillermo Rosales Zárate, director general de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA), detalló que el hecho de que la industria automotriz no sea una prioridad para los productores de insumos tecnológicos aún causa impactos negativos.

“Al inicio de la crisis, los asiáticos limitaron su producción de este tipo de insumos, después cuando vino la reapertura de las actividades no contaban con la alta demanda que iban a tener y hasta la fecha no han logrado nivelarla a escala internacional. Será hasta el segundo cuarto de 2022 cuando esto se normalice”, señaló.

James Salazar, subdirector de análisis de CIBanco, comentó que la escasez de este tipo de productos afecta a prácticamente todas las armadoras del país en términos de exportación y producción de vehículos.

“México está entre los primeros cinco países a nivel global en materia de producción y exportación, es un asunto sumamente importante porque afecta de forma diferencial a las empresas según el segmento en que operen, pero todos están afectados, y el problema es que no se vislumbra una solución a corto plazo”, apuntó.

La industria automotriz juega un papel fundamental en la economía mexicana. El año pasado, pese a la crisis, aportó 3.5 por ciento del producto interno bruto (PIB) y generó más de 2 millones de empleos, puesto que se vincula con 253 ramas de la actividad. Además, recibe tres de cada 10 dólares en materia de inversión extranjera directa.

Según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, en el mes de junio, la venta de vehículos ligeros nuevos fue de 82 mil 157 unidades, un aumento de 12.7 por ciento respecto de igual mes del año pasado. En el acumulado de enero a junio, la cifra asciende a 602 mil 681 automotores ligeros, aumento de 18.3 por ciento respecto del primer semestre del año anterior.

Pese a estos resultados, aclaró Rosales Zárate de la AMDA, la industria aún no vislumbra una franca recuperación.

“En los últimos cuatro años el mercado retrocedió 40 por ciento. No hemos logrado superar los efectos de Covid-19, nos encontramos en medio de esta crisis que ha traído una afectación importante en la actividad”, destacó.

La expectativa de los distribuidores es poder superar el millón de ventas de unidades nuevas al cierre del año.