Problemas económicos buscados

Usted está aquí

Problemas económicos buscados

La semana que está a punto de acabar ha sido sumamente complicada para la economía nacional, y aunque hubo noticias positivas, como el aumento en 0.8% del producto interno bruto en el primer trimestre, en lugar de 0.4% como había sido la estimación, no recibieron la atención necesaria porque se compró una refinería que pone en evidencia muchas ineficiencias del gobierno federal y, por si fuera poco, hablando de ser ineficiente, el sistema aéreo mexicano fue degradado a nivel 2 por segunda vez en exactamente diez años.

Para empezar, el caso de la refinería es de suma importancia para la economía nacional porque determinará para los siguientes 15 años cuando menos, la forma en que se llevará a cabo todo lo relacionado con el uso y manejo de la energía. La compra de la refinería en 596 millones de dólares por el 50% restante, ya que, en 1993 Carlos Salinas de Gortari, había comprado también a precio rematado la primera mitad. El presidente López Obrador ha argumentado que la compra dará autosuficiencia en gasolinas el próximo año, añadiendo que no habrá más aumentos de precios tampoco. Lo último habrá que dudarlo aún más, ya que hay motivos desde presupuestarios, logísticos y políticos, hasta tecnológicos. Esta refinería tiene una capacidad de refinación de 340 mil barriles diarios, misma exactamente que Dos Bocas, con una diferencia, esta última estará terminada cuando menos dentro de tres años y la recién comprada Deer Park, ya está produciendo. La pregunta que surge es ¿por qué se está construyendo Dos Bocas cuando hay más refinerías en Estados Unidos que están al mismo precio o más baratas que el intento de refinería mexicana? Dos Bocas en Tabasco, costará cuando se termine 10 mil millones de dólares, la norteamericana costará mil millones. Los números aquí no concuerdan porque se está gastando casi 10 veces más para hacer lo mismo. Y si esa era la intención ¿por qué el presidente no lo hizo desde el inicio de su mandato? Se hubiera ahorrado una escasez de gasolina como la vivida en enero de 2019 y la consiguiente pérdida de capital político.

Hay que mencionar que Shell, la dueña original de la refinería norteamericana, se quería deshacer del activo con la finalidad de abandonar esa área de negocio por considerarla “inapropiada” para la nueva estrategia corporativa enfocada a las energías renovables. México insiste en los hidrocarburos para generar energía. Combustóleo para la electricidad y gasolina para el transporte, que a pesar del cambio de tecnologías en los automóviles para pasar a electricidad en el 2030, seguirán hasta el año 2060 utilizándose automóviles de gasolina. A esto apuesta el gobierno mexicano, y la decisión puede ser rentable si hay capacidad operativa en Pemex, pero hasta ahora no ha sido demostrada en México, sino todo lo contrario, sigue perdiendo dinero en grandes cantidades.

El último cuestionamiento es de dónde saldrá el dinero para pagar por Deer Park, cuando lo que urge es reforzar el sistema de salud que está en ruinas, o renovar las escuelas para el potencial regreso a clases o tantas otras necesidades prioritarias que se tienen antes que producir gasolina, sobre todo cuando la economía no está trabajando al 100%, y sigue en un nivel de pérdidas.

Siguiendo en el contexto de las desgracias económicas, México fue literalmente degradado en el nivel de seguridad aérea por parte de Estados Unidos, ahora está en el segundo escalón, por falta de personal técnico, tecnología, cercanía entre aeropuertos y un sin fin de observaciones entre ellas la convivencia de los dos aeropuertos (Felipe Ángeles y Ciudad de México) que se le hicieron al gobierno federal, encargado de la aviación.

Las autoridades norteamericanas de aviación han dado toda una serie de recomendaciones que, de no seguirse, pondrían a México a nivel de países como Pakistán, India o el Salvador. Este hecho afecta el bolsillo de todos los que utilizan los servicios aéreos, ya que no se permitirá a las aerolíneas ni mexicanas ni norteamericanas aumentar el número de vuelos, lo que reduce de manera natural la oferta total de asientos y eso generará una falsa escasez que incidirá en precios al alza, como ya está sucediendo. La recuperación económica está generando una mayor demanda por viajes y esa degradación golpeará forzosamente a los viajeros en los precios pagados por vuelo, frecuencias y hasta en seguridad de los servicios, ya el día de ayer algunos pilotos mencionaron que no han podido renovar licencias ni pasar exámenes médicos por incapacidad del gobierno para atender sus peticiones o necesidades.

El gobierno mexicano sigue sin entender que el mundo globalizado significa integración económica y, por consiguiente, estándares mundiales. A pesar de que el presidente López Obrador no quiere viajar al extranjero ni integrase con éste, eso no significa que puede hacer “lo que quiera” de manera interna. La seguridad de las personas que viajan en avión está en juego y por ello, es necesario revertir esas decisiones que tienen consecuencias hasta en el bolsillo de las personas y desde luego en la industria turística. En este sentido poco se ha hablado del impacto que esta degradación tendrá en el sector. Menos personas podrán visitar México al no poder crecer el número de vuelos, lo que se traducirá en menos ingresos, menos trabajos y menor crecimiento económico para el país, pues este sector representa casi el 9% del Producto Interno Bruto total.

Lo errores de eficiencia económica repercuten directamente en la capacidad productiva a nivel agregado, degradando las posibilidades de compra de todas las personas. Haciendo refinerías que no entrarán en operación rápido cuando el tiempo literalmente es oro, o creyendo que gobernar significa “hacer lo que se quiera”, son errores que se pagarán a nivel social en no más de tres años. Estos problemas se acumulan y eso es lo que no entienden los políticos. Hay errores políticos que impactan en la economía y hay errores económicos que impactan a la política. Los dos “horrores” aquí presentados impactarán directamente en la política. Ya veremos en menos de diez días, y sobre todo en el 2024 cómo se dan las cosas.