El próximo año, en el mes de noviembre, se celebrarán las elecciones presidenciales en los Estados Unidos, en donde se definirá si Donald Trump sigue en la Casa Blanca o es sustituido por un demócrata.

Se podría pensar que será una elección sencilla y que Trump, debido a su pobre desempeño, está destinado a perder las elecciones, pero la derrota no es tan clara como parece. Por ejemplo, si bien son más los estadunidenses que desaprueban la gestión del republicano, que los que la aprueban, no se trata de una diferencia insalvable, ya que en promedio hay ocho puntos de diferencia, o lo que es lo mismo, 44 por ciento ven con buenos ojos al actual Presidente, frente a un 52 por ciento que reprueba su desempeño. Se trata pues de una brecha que en una elección bien se podría cerrar.

Sobre todo, teniendo en cuenta una variable que se presenta en el terreno de los demócratas: el exceso de candidatos. Lo cual podría propiciar enfrentamientos encarnizados y divisiones internas. De hecho, formalmente todavía no empiezan las elecciones primarias y ya están registrados para la contienda 25 candidatos con exposición pública, y más 240 candidatos testimoniales, que de antemano se sabe que no tienen posibilidad alguna.

La lista de aspirantes es larga e incluye a senadores, congresistas, gobernadores, alcaldes, exsecretarios de estado, exvicepresidentes y empresarios exitosos. Por mencionar algunos, se encuentran en la contienda Joe Biden, Elizabeth Warren, Cory Booker, Michael Bennet, Pete Buttigieg, Joaquín Castro, Bernie Sanders, Bill de Blasio, Kirsten Gillibrand, Kamala Harris, Amy Klobuchar y Beto O’Rourke.

En este punto de la contienda es complicado saber quien será en última instancia el candidato o la candidata. Las encuestas ahora favorecen al exvicepresidente de Obama, Joe Biden, con el 31.4 por ciento de la intención de voto, seguido por el senador Bernie Sanders con el 16.9 por ciento y las senadoras Elizabeth Warren y Kamala Harris, con 12.6 y 7.8 por ciento, respectivamente.

Sin embargo, es muy pronto para anticipar resultados, Biden y Sanders son los más conocidos, también lo de más edad, por lo que seguramente serán blanco de ataques de los otros contendientes, que querrán escalar a toda costa. Tampoco se puede descartar a un caballo negro que de repente gane popularidad y termine quedándose con la candidatura.

Dentro de este escenario no se puede descartar una guerra campal de todos contra todos, que termine por exponer las flaquezas del nominado demócrata desde las primarias y que le den mucho material a los estrategas de Trump, para que después se implemente una campaña negativa en contra de su rival que cierre la brecha entre ambos candidatos, permitiendo la reelección del actual mandatario.

Los demócratas deben comprender que requieren llegar unidos, con un candidato fuerte a las elecciones de finales de próximo año en contra de Trump, para tener opciones fuertes de arrebatarle la Presidencia. Ojalá sea así, por el bien de los Estados Unidos y de México.

@victorsanval

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