La campaña de José Antonio Meade sigue débil frente a la de sus adversarios Ricardo Anaya y Andrés Manuel López Obrador y el reto que enfrenta René Juárez al llegar a la Presidencia del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Revolucionario Institucional es la de salvar al barco. 

De acuerdo a un artículo de Proceso, el líder tricolor comenzó a operar para asegurar el voto duro priista, estimado en poco más de 6 millones de sufragios.

Otra de las acciones importantes que debe realizar el exgobernador de Guerrero es atraer el voto de los indecisos, que de acuerdo a las encuestas sería 28 millones. 

El objetivo de esta elección es evitar caer hasta el tercer lugar durante la elección presidencial y obtener buena representación en el Congreso de la Unión, donde existe el riesgo de que se conviertan en minoría. 

Juárez Cisneros ha viajado a diversas partes del país con la intención de inyectarle ánimos a la militancia y simpatizantes. 

“No hay espacio para lamentarnos, para ponernos de rodillas, para echarnos para atrás, para bajar la mirada. No hay tiempo ni espacio para pensar en lamentaciones, para justificar por qué no se hacen las cosas”, dijo en una gira por Ciudad Victoria, Tamaulipas. 

“No llegué al PRI para estar aplastado en un sillón escuchando lamentaciones; es tiempo de dejar de pelear para dedicar el tiempo a ganar, es tiempo de dejar de confrontar, de descalificar; es tiempo de que todos hagamos algo juntos. Nadie va a venir a decirnos lo que debemos hacer; si cada quien hace su parte podemos salir adelante”, sostuvo durante un mitín. 

Con información de Proceso 

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