Prevención social en tiempos de la 4ta transformación

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Prevención social en tiempos de la 4ta transformación

El fin de semana salieron publicados en el Diario Oficial de la Federación (DOF) los lineamientos para el Fondo de Aportaciones para la Seguridad Pública (FASP), esto después de la ya famosa reunión del Consejo de Seguridad Nacional (la cual debe sesiones cuatro veces al año y hace poco más de un año que no lo hacía) que pone en la misma mesa a los gobernadores, al Gobierno Federal y representantes de las organizaciones de la sociedad civil (cinco espacios). Dicha reunión se llevó a cabo el 24 y 25 de enero, donde el tema fue sin duda la Guardia Nacional y el análisis de este mando mixto.

Según las redes sociales oficiales del Gobierno Federal, las líneas estratégicas se pueden parafrasear de la siguiente manera: capacitación, equipamiento, inteligencia financiera, servicios médicos forenses, sistemas penitenciarios, sistemas de información, modelo nacional de policía, vigilancia y geolocalización, registro vehicular y red nacional de radiocomunicación. A diferencia de otros años, como se ve, no aparece la prevención social de la violencia.

Sin embargo, los lineamientos del FASP obligan a los estados a gastar el 5 por ciento del total en prevención social de la violencia y su indicador sólo toma en cuenta la cantidad de adolescentes que entran el conflicto con la Ley.

Lo bueno: se etiqueta desde los lineamientos en el DOF un gasto específico para prevención a diferencia de otros años.

Lo malo: no es parte de las líneas estratégicas en el tema de seguridad, por tanto, no es prioridad nacional.

Lo mejorable: no se tienen líneas claras del tipo de proyectos que se desean realizar ni que se evaluará o el tipo de indicadores a utilizar, por ende, pueden volverse ejercicios y actividades aisladas en los estados, que no permitan integrar los esfuerzos y, por consecuencia, no generen los resultados esperados. Ser tan ambiguos también propicia que haya mayor corrupción en este tipo de proyectos cuando deben ser prioritarios.

Ahora, algunos dirán, ¿para qué prevención social? ¿Por qué no es buena idea gastar todo el dinero en más patrullas, mayor armamento y desarrollo de los policías?

Si bien es cierto, las acciones de reacción, aquellas que tienen que ver con la policía y el Ejército, son importantes para salvaguardar la integridad inmediata de los ciudadanos, la prevención social es la que permitirá que los cambios sean sostenidos en el tiempo porque invierte en el desarrollo de habilidades para la vida de las niñas, niños, adolescentes, jóvenes y mujeres, es decir, que al largo plazo tengamos ciudades más justas e incluyentes para todos.

Otro punto a destacar es el tema de la creación e implementación de la Guardia Nacional. El ejército en las calles requiere un gran trabajo comunitario y de sensibilización sobre los derechos humanos. La prevención social de la violencia debe ser el contrapeso necesario para las acciones de militarización que se proponen.

En otras palabras, invertir en políticas públicas de prevención social de la violencia no debe ser solamente parte del discurso, debe tener acciones concretas que respondan a diagnósticos reales con evaluaciones firmes.

@garciacecy_

ceci.garcia@dcamexico.org