CDMX.- En plena crisis sanitaria y económica, causada por la pandemia del COVID-19 que ha dejado más de 120 mil muertos a escala nacional, México inicia 2021 con un Presupuesto de Egresos de la Federación, alejado de las necesidades de las empresas y familias que han padecido el desplome de sus ingresos.

El PEF 2021, que asciende a 6.2 billones de pesos (equivalente a 25.2 por ciento del PIB nacional), privilegia en un contexto de año electoral los programas y planes insignia del presidente Andrés Manuel López Obrador.

En su más reciente reporte, del lunes 21, el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado expone que “el discurso político se puede agotar cuando la población perciba que los programas sociales asistenciales sólo son paliativos”, recoge Proceso en declaraciones del CEESP.

El gobierno de la Cuarta Transformación destinará 108 mil millones de pesos a los proyectos Tren Maya, Refinería de Dos Bocas, aeropuerto de Santa Lucía, El Corredor Transístmico de Tehuantepec y el Tren México-Toluca, que estarán en sus fases más avanzadas de desarrollo en el año que se inicia y cuyas conclusiones están calculadas para 2023.

El monto para dichas obras será 93.1 por ciento superior a los recursos que tuvieron en 2020.

De acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad, pese al aumento del presupuesto global del IMSS y del ISSSTE, el gasto que directamente se destina a atender la salud de los mexicanos caerá 1.5 por ciento para la primera institución y 1.8 para la segunda.

El Imco afirma que si el presupuesto fuera de seis pesos, el gasto en pensiones y el servicio de la deuda consumiría 2.16 pesos; las transferencias a estados y municipios 1.62 pesos, Pemex, CFE, IMSS e ISSSTE 1.38 y al gobierno federal solo le restan 84 centavos. Con información de Proceso