Este lunes, fiscales federales de Manhattan en Nueva York, presentaron nuevos cargos de tráfico sexual contra Ghislaine Maxwell, la socia y expareja de Jeffrey Epstein, el pedófilo multimillonario que se suicidó a pocos días de su detención. Estos nuevos cargos afirman que durante años Maxwell le pagó a una niña de 14 años para que realizara ‘actos sexuales’ con su entonces pareja, quien estuvo relacionado con Harvey Weinstein y el Príncipe Andrés. De acuerdo con The New York Times, el documento asegura que la conducta tuvo lugar en reiteradas ocasiones entre 2001 y 2004 en la casa de Palm Beach, en Florida.

Además, en cada ocasión Maxwell le pagaba cientos de dólares y le regalaba lencería y la alentaba a reclutar a otras menores para que le dieran ‘masajes sexuales’ a Epstein. Las revelaciones forman parte de las múltiples acusaciones contra Ghislaine, siendo esta la primera vez que incluyen cargos de tráfico sexual de menores. Previamente los delitos que enfrentaba eran el de reclutar menores y luego abusar sexualmente de ellas. Otros documentos que este año dejaron de estar clasificados citan a testigos que aseguran como Maxwell obligó a niñas a participar en orgías mientras ella y Epstein observaba.

En otra perturbarte revelación, un testigo afirmó que “vio a Maxwell dirigir una habitación llena de niñas menores de edad para que se besaran, bailaran y se tocaran de manera sexual para que (ella) y Epstein las vieran”. Ese mismo testigo “estaba llorando mientras relataba que (Maxwell) había traído a una niña de 15 años a la casa de su empleador quien, muy angustiado, le dijo que (Maxwell) robó el pasaporte de la joven y trató de hacerla tener relaciones sexuales con Epstein y luego la amenazó “.

Maxwell se ha declarado inocente de todas las acusaciones, presentadas un año después de que Epstein fuera arrestado y acusado de tráfico sexual, posteriormente se suicidó en una celda en 2019. Las autoridades le han negado Maxwell la posibilidad de salir de prisión bajo fianza en tres ocasiones, la última de ellas el 22 de marzo, tras ser arrestada en julio de 2020. La millonaria ha denunciado que sufre de acoso en la cárcel en la que se encuentra en Nueva York, pues considera que vive bajo una vigilancia excesiva, incluida una lámpara que escanea el techo de su celda cada 15 minutos por la noche, debido a los supuestos riesgos de suicidio. El mes pasado, afirmó haber sufrido ‘abusos físicos’ por parte de los guardias de su prisión en Brooklyn.