Presencia y poder
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Presencia y poder
“Una imagen, dice más que mil palabras”, rezaba un anuncio de Excélsior en los años 80. En esta etapa en que lo virtual es constante y la forma lo importante, el poder de la imagen invade las actividades cotidianas y también la política.
Las redes sociales, Facebook, Twitter, YouTube, Instagram, son utilizadas a saciedad, más en estos momentos de efervescencia y no sólo para la recreación o la información, como normalmente se ocupan.
En opinión a expertos en imagen y marketing político, la imagen de Andrés Manuel López Obrador, por ejemplo, tiene estos detalles: “En su foto de perfil se le nota sonriente y sus estrategas han cuidado sea la misma fotografía en cada red social (Facebook, Twitter y YouTube), lo cual genera un poder de recordación mayor. Cuenta con 5.5 millones de fans, el mayor número frente a sus oponentes. Utiliza muchos videos, no editados. Algunos aburridos por la lentitud de su habla, maneja mensajes directos y contesta ataques. Su enfoque es a que lo consideren un hombre sencillo y de trabajo”.
Tuitea generalmente dos veces por día y se nota que él mismo los escribe, en ocasiones se toma fotos en fondas o con sus allegados.
La mayoría de las veces aparece con camisa blanca de manga larga. El color blanco comunica transparencia y honestidad, asociación positiva para su mensaje “anticorrupción” y “La esperanza de México”. Siempre aparece rasurado. Fue un acierto no cubrirse las canas, ya que le ayudan a reflejar su experiencia política, una de sus mayores fortalezas. Necesita mejorar su expresión verbal para hacerla más fluida.
Ricardo Anaya: “En las tres redes sociales usa la misma foto, lo cual es un acierto. Sin embargo, en su foto de perfil se le nota una sonrisa poco auténtica, de labios apretados. Cuenta con 1.5 millones de fans. De cada 10 publicaciones 9 son fotos y una video. En la mayoría de sus fotos de mítines aparece con una hoja en la mano, comunicando que necesita ver sus apuntes en sus discursos. Este detalle le resta fuerza, pues un orador profesional no usa notas. Uno de sus aciertos es que comparte ‘selfies’ con jóvenes, lo cual le ayuda a acercarse a este grupo de votantes. Tuitea generalmente de tres a cuatro veces por día. Publica documentos para desmentir los ataques de sus enemigos y pierde tiempo”.
Comunica una personalidad en la que cuesta mostrar entusiasmo. Usa constantemente una camisa formal arremangada con pantalones azul marino de gabardina y botas casuales color café.
Uno de sus errores es usar camisas blancas de color intenso, que provocan se vea pálido. Le favorecerían más camisas azul cielo Su corte de cabello es “rapado”, lo cual desvía acertadamente la atención de su incipiente calvicie y le ayuda a comunicar que es arriesgado e inventivo. Su comunicación verbal es más convincente cuando habla en público.
José Antonio Meade: “cometieron el error de photoshopear demasiado su imagen de perfil: sus dientes se ven muy blancos y su rostro se ve sin ninguna muestra de vitíligo, cuestiones que no lucen así en sus apariciones públicas. Cuenta con 1.3 millones de fans. Comete la pifia de compartir más de 30 fotos en una sola publicación, lo cual provoca que la gente vea interacciones. Realiza transmisiones en vivo de sus llamados #PuntosDeEncuentro, sin embargo, son monótonos. Necesita hablar de sus ideas sin guardar respeto por el Gobierno actual, de no hacerlo la gente lo asociará como ‘más de lo mismo’. Aun cuando en ocasiones maneja los saludos con las manos, es notoria su enfermedad de vitíligo, que no siendo contagiosa, da la imagen de un candidato enfermo, amén de que la misma es un estigma en nuestro país. Cuando viste de color firme se hace más evidente”.
En un mundo en que las comunicaciones son inmediatas y no mayores a 20 palabras, la imagen resultará una herramienta definitoria en estas campañas. Goebbels dijo: “Si una falsedad se repite lo suficiente, acaba por convertirse en verdad”.