Desde hace poco más de tres meses vecinos del Fraccionamiento Insurgentes, sobre la calle Maravillas, detectaron que en una de las casas vecinas habitan en hacinamiento 27 personas que laboran en el penal varonil de Saltillo. 

Los colonos manifestaron a Vanguardia su preocupación por la situación, pues aunque comprenden que las personas que habitan esta casa habitación permanecen ahí pues es el alojamiento que la empresa que los contrató les asignó, también sostienen que es un foco de riesgo y posible contagio de COVID-19.

El vocero de los vecinos manifestó que la situación se tornó alarmante toda vez que este jueves una compañía acudió a sanitizar la vivienda lo que alarmó los focos rojos entre los demás vecinos.

“Unas personas vinieron a fumigar, me acerqué para preguntarles qué era lo que estaba pasando y el encargado que estaba fumigando me comentó que era una medida de prevención contra el COVID, así lo dijo”, indicó el vecino.

A decir de los vecinos, es una empresa que presta servicios externos al Penal Varonil de Saltillo, la que tiene viviendo en condiciones inhumanas a los habitantes.

“Nosotros lo que queremos es que se garantice la salud de estas personas y de quienes vivimos alrededor porque es preocupante que con esta situación viva tanta gente en esa casa, estamos muy conscientes de que ellos no tienen la culpa de estar en esas condiciones si no el patrón”, apuntó otra de las vecinas.

Los colonos del fraccionamiento Insurgentes señalaron que en repetidas ocasiones han intentado contactar José Luis Garay, quien es el responsable de la casa sin respuesta alguna; Vanguardia por su parte intentó hablar con los inquilinos, sin embargo, nadie respondió al llamado.

Además, los vecinos sostienen que en repetidas ocasiones se han percatado que las personas que habitan en el domicilio no portan el cubrebocas obligatorio en la entidad, además de que deben caminar varias cuadras para tomar el transporte que los traslada a su lugar de trabajo.