¿Prefieres ir a votar o a trabajar?

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¿Prefieres ir a votar o a trabajar?

Y la respuesta masiva de los millennials que jalan en la informalidad fue: comer

Mi BigData arroja información que pone los pelos de punta para este 6/6.

Les platico: suena bárbaro y bien bonito que los representantes de las cámaras empresariales hayan dicho que los patrones van a dar todas las facilidades a su personal que trabaja por turnos, para que vayan a votar este domingo, que casualmente es el aniversario 77 del Desembarco en Normandía, el famoso “Día D”, que provocó el final de la II Guerra Mundial.

Pero sin querer meterle mocos al atole, les tengo los siguientes datos, tan duros como la realidad que enfrentará este vapuleado y embichado País:

1.- Información que obtuve a través de mi BigData en el INSS (Instituto Nórdico del Seguro Social), los asalariados con trabajo formal al 31 de marzo pasado, suman 20 millones 25 mil 709.

Todos estos -en teoría- contarán con las facilidades de los empleadores para que cumplan con el sacrosanto deber de ir a votar a la hora que mejor les acomode.

Ellos están en las nóminas de un millón 100 mil patrones que pagamos nuestros impuestos, unos al corriente y la mayoría con retrasillos derivados de la situación económica.

2.-Del otro lado tenemos al segmento de los trabajadores informales, los que no tienen jale seguro, los que no tienen patrones formales, los que se la rifan todos los días sin la seguridad o certeza de una raya semanal o quincenal.

Y en esta esquina, el total de informales al mismo 31 de marzo pasado es de 29 millones 247 mil mexicanos.

Esta información la obtuvo mi BigData de la muy acreditada “Encuesta Nacional de Oportunidades de Empleo”, que es reconocida por el INEGI y asociaciones internacionales del trabajo.

Dicho segmento es conformado por gente que se auto emplea, que tiene su propio negocito o que realiza jales eventuales sin que le paguen formalmente ni cuente con servicios de seguridad social ni médica.

Aquí están quienes andan de taxistas; uberistas; de meseros que ganan nomás lo de las propinas; que reparten en carro, moto y bici, comidas, desayunos y cenas a domicilio y todo el madral de opciones de trabajo, que por estricta y pura necesidad se reprodujeron como gremlins en aguacero debido a la pandemia.

3.- Según el INE, el segmento de la población que registró el más alto nivel de abstencionismo a nivel nacional fue el comprendido entre 25 y 34 años de edad: 51%.

Ahora sí, agárrense con lo que les voy a platicar en seguida:

O CARGAN A LA VIRGEN O TRUENAN LOS CUETES

Una encuesta que hizo DETONA en 17 de las principales ciudades de México, del 1 al 20 de mayo pasado, dirigida EXCLUSIVAMENTE a mexicanos dentro del segmento de INFORMALES y DE 25 A 34 AÑOS reveló que este 6/6, “o cargan a la virgen o truenan los cuetes”.

Perdón, eso expresión es mía y está basada en las respuestas que obtuvimos en 8,970 llamadas a celulares que hicimos a mexicanos comprendidos en ese segmento: millennials que trabajan en la informalidad.

Para no joderles más la vida, no incluimos a los desempleados, porque quisimos evitarnos las mentadas de madre de quienes si muy apenas tiene para pagar su cel, ya mero van a querer contestar una encuesta sobre las elecciones.

Ahora sí, como dijo el Dr. Jack El Destripador en sus gustadas clases de disección anatómica en la Universidad de Dublín: “vámonos por partes”. ¡Arre!

¿QUIÉNES VAN A GANAR LAS ELECCIONES?

Aquellos candidatos que NO le apostaron a los millennials que tienen, como único trabajo, la informalidad.

¿Por qué? Porque los repartidores de comida a domicilio, antes que ir a votar, van a aprovechar el furor de quienes pedirán comida o cena para ir a entregárselas a la comodidad de sus casas a cambio de una propina.

Lo mismo sucederá con los meseros que atenderán en los restaurantes a quienes después de votar se irán a echar un taco.

Igual con quienes tienen su puesto o trabajan en uno del Centro o en el mercado, para irse a atender a los que aprovecharán que sus jefes les dieron el día y se irán de compras.

Y no se diga de los taxistas, que en vez de ir a formarse en las filotas que habrá en los centros de votación, van a andar como locos moviendo a los votantes de a pie.

Perdonen que se los diga apenas ahora, pero esto se les debió de haber ocurrido a los “genios” que medraron en los “water room”, que no llegaron a “war room”.

Tan simple que hubiera sido medirle el agua a los camotes de los informales millenials que…

…o votan o comen.

Entonces, otra vez…

¿QUIÉNES VAN A GANAR LAS ELECCIONES?

Los candidatos que tengan mejor aceitada la logística de movilidad territorial de los votos que fueron agenciados, comprometidos u lo que sea, antes del 6/6.

Los que -suena muy pesado pero es la verdad- sean beneficiados por el abstencionismo, que va a andar arriba del 50% y no porque tenga una bola de cristal o porque sea un oraculero -los que leen el Oráculo de Delfos- sino porque sé leer los números y las intenciones de los segmentos que…

…o votan o comen.

Y si usted, amable lector, es de quienes tienen la fortuna de no caer en estos segmentos, pues a votar.

¿QUIÉNES VAN A GANAR LAS ELECCIONES?

Los que hayan tenido la visión de contratar o meter en sus filas a los mejores abogados electorales, porque muchos de los comicios se van a judicializar y quien crea que esto no va a suceder, tiene la ingenuidad de un bebé de leche. Tan tan.

CAJÓN DE SASTRE

“Qué crudo, pero qué demoledoramente real es lo que acabas de escribir”, dice la irreverente de mi Gaby.