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Practicar más que predicar
Dicen que una imagen dice más que mil palabras, y hace unas semanas llamó nuestra atención una que circuló con indignación en redes sociales que es el claro ejemplo. En ella podíamos ver a un perro en evidente mal estado (flaco, triste, sucio y mojado) sobre la azotea de una casa, mientras que debajo de él y a través de un ventanal podíamos observar una especie de altar con dos figuras religiosas de cerámica en escala real rodeadas de flores y series de luces. Si en teoría muchas religiones, la moral y la ética predican el bien común, el amor al prójimo, ¿A esta persona tan devota, no se le ocurrió que al perrito también le hubiera venido bien estar bajo ese techo en lugar de estar sobre él mojándose y pasando hambre, sol y frío?
Cabe aclarar que aquí no se pretende señalar ni juzgar a ninguna religión o ideología en particular, sino más bien analizar cómo los seres humanos tendemos a ser incongruentes de vez en cuando, pues se nos olvida actuar de acuerdo a lo que decimos que creemos, pensamos y queremos…
Nuestras costumbres y creencias son en gran medida un reflejo de lo que somos como sociedad, y como dijo Mahatma Gandhi; “La grandeza de una nación y su progreso moral puede ser juzgado por la forma en que sus animales son tratados”. Entonces, ¿Qué podemos decir de nuestro “progreso moral” o nuestro nivel de sensibilización y civilidad si somos el país con la tasa de abandono y maltrato animal más alta en América Latina? Un país donde tenemos más de 27 millones de animales en las calles, donde el 70% de las mascotas son abandonadas o no nos importa que pasen su vida en una azotea. Un país en donde nos emociona ver animales pelear hasta matarse, o le aplaudimos al que acuchilla un toro hasta su muerte, y todavía lo llamamos “arte”.
Un país en donde protegemos más a una figura de cerámica, que a un animal. Donde nos indignan más las manchas de pintura sobre un monumento que la muerte de 11 mujeres al día… y la lista sigue. En el fondo, los problemas sociales que vivimos desde hace décadas o siglos, son culturales. Es extraño cómo en pleno siglo XXI, muchos de estos temas aún no son parte de los programas educativos públicos ni particulares, nos hablan de los problemas sociales pero no nos dicen de dónde vienen ni por qué y por ende no sabemos cómo dejar de ser parte de ellos ni cómo involucrarnos en su solución.
Pero no todo es malo. Por otro lado, podemos estar muy orgullosos y orgullosas de que hay personas que están cambiando el discurso y sus acciones al mismo tiempo. Estamos despertando y tenemos que mantenernos con los ojos y la mente abierta para que en un futuro, no haya gente que levantar. Hace décadas, por ejemplo, no había asociaciones ni rescatistas independientes a pesar de que ya eran necesarios. Ahora hay más gente que prefiere adoptar en lugar de comprar una mascota.
También ha habido avances muy esperanzadores en la industria alimenticia, de la moda y el entretenimiento. Hay estados de la república que han prohibido los circos con animales, las peleas de animales y las corridas de toros. Muchos zoológicos, acuarios y parques acuáticos a nivel mundial han reducido la captura y reproducción de animales silvestres en cautiverio. Cada vez encontramos más opciones de productos libres de crueldad en el supermercado y en las marcas de ropa y maquillaje y hay más lugares petfriendly.
Los adultos tenemos una ventaja muy grande que debemos saber usar de la manera correcta, y esta es el ejemplo. Todo lo que hacemos y decimos ahora se verá reflejado en las acciones de las futuras generaciones para bien o para mal. Enseñarles a los niños a cuidar a los animales, y serán adultos que cuiden también a otras personas y el medio ambiente. Una buena manera de comenzar a sensibilizarlos es enseñarles esa responsabilidad en casa, donde aprendan a cuidar y amar a otro ser vivo.
Polita y los casi 40 peluditos de Brigada Rescate están esperando un hogar en donde les den mucho amor. Recuerda que con cada adopción, podremos darle oportunidad a un perrito más. Esperamos que sigas leyéndonos y que nos acompañes en nuestras redes sociales. Búscanos en Facebook e Instagram como Brigada Rescate Saltillo. #JuntosDejamosHuella