Pornografía y estupro

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Pornografía y estupro

Saltillo ocupa el quinto lugar a nivel nacional como la ciudad que más busca contenido para adultos a través de Internet. Una de las consecuencias más preocupantes de la pornografía es su correlación directa con el estupro. Ese delito consiste en tener una relación sexual con una persona menor de edad, valiéndose del engaño o de la superioridad que se tiene sobre ella. 

Los datos duros no mienten. Veamos los estados que más buscan películas para adultos y la cantidad de estupros que ahí han ocurrido en lo que va del año: Primer lugar Guerrero, estupros: 38. Segundo lugar en ver porno es Tabasco, en donde han ocurrido 48 delitos de estupro. Tercer lugar, en buscar películas para adultos: Coahuila de Zaragoza, y en el año llevamos 22 delitos de estupro. 

Vayamos a los que menos ven pornografía: lugar 24 Ciudad de México, estupros: 11. Lugar 23: Querétaro, estupros: 16. Y el sorprendente Jalisco, en el lugar 21 con cero delitos de estupro en lo que va del año. 

La relación es clara: entre menos ven pornografía, menos delitos de estupro. La industria del porno es de las más redituables del mundo, más que las películas de Hollywood. Es muy difícil escapar de la pornografía. Uno la ve por accidente, sin buscarla, como quien se topa con una piedra y resulta ser el negro del WhatsApp. 

Los que más consumen pornografía son los jóvenes de 18 a 24 años, 60% por medio de su celular, aparatos que muchas veces les dan sus padres sin restricción. 

La pornografía distorsiona la realidad, muestra a la mujer como un objeto. La pornografía genera adicción y, por consecuencia, pérdida de tiempo y dinero. 
David Mura tiene un libro en donde dice: “En la esencia de la pornografía esta la imagen de la carne usada como una droga. Una manera de insensibilizar el dolor psíquico. Pero esta droga dura sólo mientras el hombre fija su mirada en la imagen. En la percepción pornográfica, cada gesto, palabra, cada imagen, se le interpreta a través de la sexualidad. El amor, la sensibilidad, la compasión o la piedad son sometidas y subordinadas a una fuerza más poderosa…El adicto a la pornografía desea ser cegado, vivir en un sueño.  Los esclavos de la pornografía tratan de eliminar de su conciencia el mundo fuera de la pornografía, y esto incluye todo, desde su familia y amigos, el sermón del domingo o la situación política. Al participar en tal eliminación el espectador se reduce a sí mismo. Se vuelve estúpido”. 

En Corea del Norte, vender o ver pornografía es castigado con la pena de muerte. Creo que eso es un extremo, no hacer nada también lo es, equivale a propiciar que algunos jóvenes sean los futuros pederastas. 

jesus50@hotmail.com