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“Porfirio Díaz aprendió a gobernar como jefe militar”: Carlos Tello
Cuando Carlos Tello Díaz (Cambridge, Reino Unido, 1962) se documentaba para escribir su libro de Porfirio Díaz, encontró que existen más de un centenar de biografías. Una cuarta parte fue escrita en la larga permanencia del dictador en el poder. Eran apologías de su figura y su régimen. Otras tantas son diatribas compuestas al calor del triunfo de la Revolución mexicana, el levantamiento armado que lo derrocó hoy hace 105 años. La publicación del primero de tres tomos de la biografía Porfirio Díaz, su vida y su tiempo: la guerra (1830-1867) demuestra que no todo está dicho sobre este polémico personaje. El texto se ha convertido en un éxito de ventas y ha impuesto al autor un reto particular. Tello es hijo de Catalina Díaz Casasús, bisnieta del dictador. Se ha aproximado a estudiar una polémica figura de la Historia de México con la que tiene un vínculo sanguíneo.
Pregunta. ¿Es fácil ser objetivo cuando habla de su tatarabuelo?
Respuesta. No. Hay que proponerse que la simpatía o antipatía por un personaje no se vuelva un velo que te impida ver con claridad. Me he propuesto escribir la biografía de referencia de Porfirio Díaz. Si no soy objetivo, no podré hacerla y sería un fracaso. Me ha hecho más fáciles las cosas ir directamente a los archivos a ver los documentos originales y dejar que hablen. Es lo que hago en este libro.
P. El vínculo familiar le abrió puertas a documentos difíciles de conseguir.
R. Solo documentos de carácter muy personal. Por ejemplo, la carta en la que la Porfirio Díaz le propone matrimonio a Carmelita la conseguí a través de un amigo de mi abuela. Afortunadamente, la inmensa mayoría de documentos son públicos.
P. ¿Este primer tomo trata del Díaz menos polémico?
R. Sí, Díaz como militar no era polémico. Todo el mundo coincide en que su papel durante la guerra de Reforma y la de Intervención contra el Imperio de Maximiliano fue notable. Díaz es polémico a partir de 1871, cuando rompe con Benito Juárez, su amigo, jefe y su presidente. Sobre todo, es polémico al final de su mandato, los últimos 10 años del porfiriato, entre 1900-1911. Ese será el tercer tomo. El segundo se va a llamar La ambición y hablará sobre su levantamiento contra Juárez con el plan de la Noria y contra Lerdo con el plan de Tuxtepec y su primera presidencia.
P. En este libro hay un fuerte vínculo con el Estado de Oaxaca.
R. Transcurre esencialmente en ese Estado. Lo que hago en este libro es una especie de historia local para reconstruir las condiciones que existieron allí en las décadas de los treinta y los cuarenta. Los dos hombres más importantes en la segunda mitad del siglo XIX fueron oaxaqueños y fueron amigos: Juárez y Díaz. Oaxaca tiene un papel protagónico en la guerra de Reforma y en el restablecimiento de la República.
P. ¿Sus años en el Ejército fueron el comienzo del paternalismo que mostraría en el poder?
R. Díaz aprendió a gobernar como jefe militar durante la guerra. Aprendió a manejar a las personas y administrar territorios cuando fue jefe político del Istmo de Tehuantepec y cuando fue general de la Línea de Oriente. Se acostumbró a gobernar de una manera autoritaria. Y así gobernó los años que estuvo al frente del país.
P. ¿Cómo fueron sus orígenes?
R. Nació en 1830, hace casi 200 años, en un país que ya se llamaba México, pero que era todavía La Nueva España en su extensión geográfica y en sus prácticas y costumbres. Con un gran peso del Ejército y la religión. Díaz perteneció al ala radical del partido liberal en Oaxaca, que se opone a esa herencia colonial y rompe con ella. Conoció a Juárez a los 19 años y renunció a ser sacerdote porque iba por el camino de la iglesia. Se inscribió en el Instituto de Ciencias y Artes, lo que iba a ser la Universidad de Oaxaca, muy importante. Y abraza la causa liberal.
P. ¿Se difuminó ese sello liberal con los años?
R. Los historiadores se preguntan si siguió siendo liberal su régimen. Creo que sí. Los principios que normaron la conducta como presidente y como dictador —al final de su mandato— eran principios liberales.
P. ¿Incluso tras romper con Juárez?
R. Díaz, como presidente, es el autor del culto oficial a Juárez. Organiza con bombo y platillo el centenario de su natalicio en 1906. Manda a construir el mausoleo en el panteón de San Fernando y el Hemiciclo a Juárez. En esa época los intelectuales Justo Sierra y Vicente Riva Palacio escriben la primera historia patria que tuvo México en la que Juárez, polémico en vida, se volvió lo que es hasta hoy: un héroe nacional.
P. ¿En qué momento se convirtió en un personaje polémico?
R. El progreso material que generó su Gobierno creó conflictos y problemas que su régimen, que envejeció, no respondió. Las industrias textil, del ferrocarril y del petróleo crearon un proletariado con demandas legítimas que el régimen no pudo resolver porque no las entendía. Esto hizo que esta clase se enfrentara al poder.
Por Luis Pablo Beauregard / El País