Este próximo 15 de octubre, la agencia de Ministerio Público de la Fiscalía General del Estado terminará con el plazo para recopilar pruebas contra un falso pastor de la Iglesia Cristiana de Saltillo, que ofreció servicios de “curación” a cuatro mujeres de una familia para violentarlas sexualmente.

Fue en abril de este año cuando surgió la denuncia de que el hombre acudió al domicilio ubicado en la colonia Federico Berrueto, para practicarles un ritual con el que sanarían la enfermedad de otra persona integrante de la familia.

Durante el acto, una de las jóvenes fue violentada sexualmente, mientras que otra de 15 años fue abusada, y otras dos agredidas de la misma forma.

De acuerdo con el relato de una de las víctimas, Carlos había sido reconocido en la comunidad por sus labores de “sanación” a través de la palabra de Jesús. Ante esto, le solicitaron un servicio para una de las integrantes de la familia, sin embargo, en los requerimientos el falso pastor pidió la participación presencial de todos, a excepción de la enferma.

El relato de la víctima que denunció revela que en medio de la oración, Carlos le manifestó a la primera víctima de 18 años que había detectado que tenía una “maldición en sus partes íntimas”, y que la única forma de sanar era estando con él, que si no era así, “le caería una maldición a ella y a su familia”.

El primer caso por el que se vinculó a proceso fue el 19 de abril, por el cual se agotará la etapa de investigación complementaria que ofreció la juez para concluir con la primera fase de formulación de acusación.

Después de ese término, la Fiscalía tendrá hasta 15 días para celebrar una audiencia intermedia y definir si se llevará a cabo un juicio o si logrará un procedimiento abreviado donde Carlos “N” admita su responsabilidad en los hechos.

Éste no ha sido el único involucrado de la iglesia en actos similares. De acuerdo con información de la Fiscalía General del Estado, hay por lo menos otros cinco procesos en el Estado en los últimos tres años donde se involucra a ministros de culto, o a personas que llegaron a víctimas de violencia sexual a través de subordinación religiosa, como el más reciente en la colonia Mirasierra.