Por un México de libertades

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Por un México de libertades

Tras la resolución favorable de la Suprema Corte de Justicia para cuatro ciudadanos mexicanos a quienes se les otorga un amparo para el cultivo y uso de la marihuana con fines recreativos, reaparece en la vida nacional uno de los temas más controversiales que impulsa la participación en el debate de académicos, legisladores, empresarios y organizaciones civiles: la despenalización del uso de la marihuana para fines medicinales, recreativos e industriales.

De ser un tema poco discutido de manera abierta y objetiva, cubierto de prejuicios y opiniones maniqueístas, se ha convertido en una excelente oportunidad para que legisladores y sociedad en general deliberen sobre un aspecto que tiene múltiples aristas y que demanda madurez democrática para encontrar nuevos enfoques de resolución.

Siendo Nueva Alianza un partido de convicciones liberales, hemos adoptado un enfoque orientado al respeto del derecho de todo individuo a su libre autodeterminación, siempre y cuando su conducta no afecte a terceros. Un Estado que aborda las principales problemáticas sociales a través de un enfoque prohibicionista y punitivo, limita el desarrollo tanto de instituciones como de los ciudadanos en el establecimiento de un entorno propicio para el respeto pleno de las garantías individuales.

Es necesario profundizar y discernir qué aspectos son supuestos y cuáles son verdades sobre el conocimiento existente alrededor de la marihuana. Como diputado y como ciudadano considero que es muy importante darnos el tiempo de analizar el tema a través de los diferentes ámbitos en los que puede impactar la despenalización del uso de la marihuana para los fines citados: médico, jurídico, económico y social.

Por ejemplo, en el aspecto jurídico la ley se remite al consumo de las dosis permitidas para uso personal; no obstante, deja un vacío respecto a la adquisición de la marihuana y la manera en que puede ser comercializada: existe una falta de regulación respecto al posible abastecimiento, modos de distribución, establecimientos para su obtención y precios.

Lo anterior es solamente una de las vertientes sobre las cuales debemos fundamentar nuestro análisis. Los tres poderes tendrán que dar muestra de un eficaz ejercicio republicano y la Suprema Corte de Justicia ha dado el primer paso abriendo una vía legal para la producción y consumo de la marihuana con fines lúdicos. Recientemente, el Ejecutivo convocó a una serie de foros especializados para decidir sobre el futuro de la penalización o despenalización, lo cual nos brinda una excelente oportunidad para hacernos de una opinión objetiva y adoptar una postura más informada, de escuchar voces contrarias a la nuestra y llegar a acuerdos que nos lleven a un proyecto común no impuesto, sino producto de la participación de todos los actores.

En mi calidad de diputado federal y en lo referente a la postura que debe adoptar el Poder Legislativo, exhorto a mis compañeros legisladores a ser respetuosos de los tiempos y no utilizar el actual impacto mediático del tema para inundar ambas Cámaras con iniciativas en ese sentido: dejemos de buscar la rentabilidad política cortoplacista.

Tenemos ante nosotros un gran reto. Cualquiera de ambas posturas, penalización o despenalización, conllevan riesgos y externalidades. Lo que resulta evidente es que México necesita un cambio en su política de drogas, ya que su permanencia no ha disminuido el número de consumidores, la proliferación de los cárteles de la droga y su impacto en la seguridad nacional. La indefinición y la dilación propician un vacío en la rectoría de un mercado que crece día con día y, que independientemente de nuestra postura, existe.

(Coordinador parlamentario de Nueva Alianza en la Cámara de Diputados)