¿Por qué no existe una campaña de ahorro de agua en Saltillo?

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¿Por qué no existe una campaña de ahorro de agua en Saltillo?

Hace algunos años estuvo en Saltillo un académico de Checoslovaquia que venía a pasar su año sabático en el Tecnológico de Saltillo. Yo era entonces director de Ecología del Estado y le comenté del programa que teníamos sobre Educación Ambiental, en el cual participaban más de 100 mil niños integrados en Clubes Ecológicos. Una de las actividades de dichos clubes era el cuidado del agua. Cuando le platiqué de eso al checo, me preguntó bastante asombrado: Guardianes del agua, pero… ¿qué le cuidan al agua? La respuesta, que parece sencilla, va mucho más allá de cerrar la llave. Entre los objetivos de la campaña destacaba el inculcar en los niños y jóvenes el cuidado del agua en baños, bebederos, cocina, riego de áreas verdes, entre otros usos; y motivar a los mayores a realizar revisiones de instalaciones hidráulicas dentro y fuera de la escuela, así como la recolección de residuos sólidos y la promoción de formas de economizar el agua. Se trataba de estar totalmente comprometido con el medio ambiente y asumir la gran responsabilidad de cuidar la naturaleza para que se conserve el agua, que es fuente de vida.

Este amigo no podía concebir que se pudiera tirar agua, o que las llaves gotearan, o que el líquido se desperdiciara ¿Cómo podría permitirse eso en un lugar semidesértico y con una importante carencia del recurso? Por más que le expliqué el programa, se le hacía difícil de creer, lo mismo ocurrió con la reducción de la basura y ponerla en su lugar y no en la calle. ¿Por qué tiran basura en la calle?

A pesar de la importancia que se le ha dado en todo el mundo al cuidado de los recursos naturales, particularmente al agua, en Saltillo mucha gente —para no decir la mayoría— no la cuida. Riegan las banquetas con manguera, al igual que lavan el carro. O riegan grandes jardines de manera desmedida y a cualquier hora del día. Dejan el chorro del agua abierto cuando lavan los trastes, igual que al lavarse los dientes. En diferentes ocasiones me dirigí a personas que regaban la banqueta y/o la calle misma con una manguera, advirtiéndoles que no desperdiciaran el agua, porque se nos iba a acabar. Y la respuesta en muchas ocasiones fue “¡si yo la pago, ¿cuál es el problema?!”.

Han existido en nuestro País varias campañas de ahorro del agua, como la de 1984 por medio de mensajes que con el tiempo se volvieron célebres, como el anuncio “¡Amanda, ciérrale!” que se quedó en la memoria de los televidentes por muchos años. En 2017 apareció otra campaña “Yo Cuido el Agua”.

En Coahuila como parte del programa de Educación Ambiental en la actividad de  Guardianes del Agua, que involucraba a niños, profesores y familias en el uso sostenible de este recurso, participaron más de tres mil escuelas de primaria en todo el estado. Era una campaña pionera para ahorrar agua, en la que más de 100 mil niños de 5 a 15 años aprendían a hacer un uso responsable de este recurso natural. La iniciativa pretendía impulsar un cambio de hábitos en la población y concientizar sobre la importancia de no desperdiciar agua. Los pequeños se convirtieron en embajadores para el cuidado del agua e involucraron a sus padres y profesores en el respeto por el medio ambiente. En términos generales, su función fue fomentar nuevos hábitos y cambios de comportamientos de la sociedad, en torno al uso del agua: ahorro, no despilfarro, tratamiento, reúso y conservación.

Desafortunadamente ese exitoso programa de educación ambiental y la cultura del agua en Coahuila fue intencional y metódicamente desmantelado (tengo datos). Fue, sin lugar a dudas, un crimen contra la conciencia ambiental y el recurso agua. Cualquier persona de la ciudad puede hacer el uso que desee con su agua, siempre y cuando la pague. Y quizá ahí la parte de la explicación del por qué sucedió eso. A Aguas de Saltillo le interesa que se desperdicie el agua, cuanta más se gaste, más venden. Ese es el resultado de haber convertido el recurso en una mercancía. Y eso se lo debemos Óscar Pimentel.

Hace unos días, el alcalde Manolo Jiménez firmó un convenio con el secretario de Educación en Coahuila y la secretaria del Medio Ambiente para fomentar la educación ambiental y la cultura del agua. Estuvieron presentes también el gerente de aguas de Saltillo, Jordi Bosch y Óscar Pimentel, director del Instituto de Planeación. Pimentel señaló que promoverán la cultura del agua por medio de la Campaña “Hey” de Aguas de Saltillo.

Sería importante recordarles a esos funcionarios que en 1993 se firmó un convenio que duró nueve años, entre el delegado de Sedesol, el secretario de Educación (el Prof. Jesús Arreola Pérez) y la cadena comercial OXXO para desarrollar un Programa de Educación Ambiental en el estado. En la administración de Enrique Martínez se desmanteló y nunca volvió a recuperarse hasta la fecha. Sorprende que el Implan vaya a utilizar el programa de Agsal. ¿Acaso alguien lo conoce? ¿Y por qué no se utiliza el dinero que tiene la empresa para ser destinado a ese propósito? Porque, de acuerdo a la Ley de Aguas del Estado de Coahuila, el dinero recaudado por reconexiones se aplicará en cultura del agua, y Aguas de Saltillo realiza más de 100 mil cortes anuales y recauda más de 30 millones de pesos al año. ¿Qué se ha hecho con ese dinero?