Sabemos que todas las personas somos seres sociales, y gracias a esta interacción con los demás reafirmamos nuestro ser, y gracias a la convivencia social encontramos nuestra realización y sentido de vida. Sin embargo, conocemos a decenas de personas que pasan mucho de su tiempo solos, claro que podrán pasar momentos aburridos y con ansiedad, pero no experimentarán soledad.

Conocemos a otras personas que son muy susceptibles y con un nivel de pánico muy alto mientras están solos; tienen una gran dependencia de sentirse aceptados y recibir reconocimientos de cariño y afecto. Hay otras personas que viven físicamente e interactúan con familiares y amigos y tienen un gran sentimiento de soledad a pesar de convivir con alguien. No necesariamente al estar con otras personas sentiremos que pertenecemos o somos amados. Un estudio publicado en la revista Self and Identity: From “love actually” to love, actually: The sociometer takes every kind of fuel (Del “amor actual” a amar en la actualidad: El sociómetro toma todo tipo de combustible), por Elaine Paravati, Esha Naidu and Shira Gabriel en marzo pasado, concluye que hay estrategias sociales no comunes como jugar con una mascota, comer algo apetecible, escuchar música, ver televisión o videojuegos que pueden ser recursos de una buena satisfacción social.

Sabemos que el deseo de pertenencia es una necesidad básica de los seres humanos. Necesitamos sentirnos conectados e incluidos en los grupos sociales para sentirnos protegidos y aceptados. Este apego social tiene un impacto en nuestra salud mental y es esencial para nuestra felicidad. Sin embargo, nuestra sociedad vive una gran transformación por la pandemia y debemos ajustar nuestras rutinas y en este caso los hábitos sociales. Debemos emigrar de una distancia física corta a una zona próxima más alejada. Si antes el saludo era un intercambio de besos en la mejilla, abrazo o saludo de mano, debemos mantener una distancia física de 2 metros, y no por ello nos sentiremos solos. Si antes acostumbrábamos ir a la casa de los abuelos los fines de semana, ahora cocinaremos la receta de lasaña de la abuela sintiendo nuestro aprecio y unidad con ella aunque estemos solos en la cocina.

En esta pandemia necesitamos aprender a ser sociales sin personas. Una cosa es el distanciamiento físico y otra es el distanciamiento social. Somos latinos y generalmente estamos más próximos a nuestros familiares y amigos que otras sociedades. La Dra. Paravati afirma que los que sean capaces de utilizar estrategias no convencionales sociales no se sentirán tan solos o poco felices. No todas las estrategias tienen el mismo efecto a cada persona. Quizás algunas se sienten socialmente llenas al leer un buen libro, viendo una serie de televisión o realizando un hobby. La clave es lo que funciona para ti.

Sentirse solos no se mide con el número de amigos con que se interactúe o la convivencia con la familia. La soledad es un sentimiento de abandono de uno mismo. Si nos sentimos solos no lo resolvamos juntándonos con otros, sino reunirme con uno mismo. La soledad se evita cuando primero soy capaz de disfrutar la compañía de uno mismo en mi interior.