¿Por qué algunos más resilientes que otros?

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¿Por qué algunos más resilientes que otros?

Hace menos de un año era inimaginable lo que pasaría en estos últimos seis meses. La pandemia ha provocado cambios de 180 grados en todo nuestro estilo de vivir: viajes, trabajo, escuela, amistades, recreación y familia.  Ha sido muy difícil y hasta traumático para muchos de nosotros. Sin embargo, ¿por qué no a todos les ha afectado en su personalidad y estabilidad emocional? Esto se puede explicar por la capacidad que tengamos de ser resilientes para enfrentar las adversidades. El concepto “resiliencia” se aplica a los materiales que tienen la capacidad de cambiar su forma y tamaño por cambios exteriores, como presión y calor, y son capaces de recuperar su estado original. En otras palabras, tienen la facultad de doblarse, pero nunca quebrarse. El doctor Steven Southwick, autor del libro “Resilience. The Science of Mastering Life’s Greatest Challenges (Resiliencia, La ciencia para dominar los grandes retos de la vida)”, define resiliencia como el “proceso de adaptación y habilidad para enfrentar y solucionar situaciones de adversidad, tragedias, estrés, carencias y fracasos sin decaer en su esfuerzo y alcanzando sus metas”. Y la pregunta más importante es: ¿por qué algunos viven tragedias y no tienen la capacidad de sobreponerse y otros sí? Lo primero que tenemos que examinar son los estilos de vida de nuestros hijos:

1. Más del 70 por ciento de los niños y adolescentes no realizan al menos  dos horas y 30 minutos de ejercicio físico de moderado a vigoroso durante la semana.

2. Poco más de la tercera parte de los niños mexicanos experimentan sobrepeso y obesidad.

3. El estilo de vida de la mayoría de los niños y adolescentes es sedentario. El tiempo de pantalla ha aumentado a partir de la pandemia, combinando con tareas productivas y no productivas a 12 horas al día.

4. Experimentación temprana de alcohol y adicciones en los y las adolescentes.

El doctor Southwick afirma que las personas resilientes utilizan herramientas como el optimismo, orientación ética y moral, fe espiritual, control emocional, flexibilidad cognitiva y conectividad social. La mayoría de las personas resilientes no son pesimistas y encuentran, en sus fracasos, aprendizajes y oportunidades. Durante la pandemia, una persona resiliente, en vez de encerrarse y rumear sus pensamientos negativos, decide pasar un buen rato realizando una pequeña meditación, aprender un hobbie nuevo o tocar la guitarra. Las personas resilientes tienen emociones negativas, como tristeza y frustración ante una derrota, sin embargo, sus pensamientos no se anclan mucho tiempo en sus cerebros. Toman conciencia de la situación desagradable e inmediatamente enfocan su atención en superarla y verla como un área de oportunidad de crecimiento. ¿Cómo formar hijos resilientes?

Tener percepciones realistas y positivas de la realidad.

Fuerte conciencia entre el bien y el mal. En otras palabras, tener un buen Pepe Grillo, según el cuento de Pinocho.

Desarrollar una actitud de servicio y altruista. Evitar conductas egocéntricas.

Tener una misión y un sentido significativo de vida.

Apoyo emocional y social. Pocas personas resilientes viven en soledad.