POP CORNER: Sexo, mentiras y medios

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POP CORNER: Sexo, mentiras y medios

Foto: Vanguardia
Weinstein, Kevin Spacey e incluso Woody Allen, han sido implicados en casos muy puntuales de acoso; e incluso en México, la actriz Karla Souza, Salma Hayek o Kate del Castillo, han decido unirse a los movimientos apoyados por Oprah Winfrey o Catherine Deneuve #MeToo y #MeNeither

Desde hace algunos meses el tema del abuso sexual en el medio del espectáculo se ha convertido en una noticia recurrente en los medios de comunicación mundiales. Por supuesto, el tema no es novedad, pero tras el destape de la cloaca Weinsten, el productor hollywoodense que fue acusado por innumerables estrellas de ser un acosador incorregible, una cascada de acusaciones se ha sumado a la que iniciaran Angelina Jolie y Gwyneth Paltrow.

Por supuesto, este tema escaló a muchos niveles, y abrió la posibilidad a muchas otras víctimas de denunciar públicamente al abuso sexual, y no solo en la industria del espectáculo, sino también en el deporte y muchas actividades más en donde el abuso de poder puede propiciar situaciones similares, como en el caso del reciente escándalo que impacto a la Academia Sueca de los Premios Nobel.

Pero, como en todos los temas de la interacción humana y específicamente en el medio del espectáculo, habrá que analizar las diversas dimensiones de esta situación, tanto el acoso sexual de hombres y mujeres, y aún en la comunidad LGTB  por parte de quienes detentan el poder de elegir o detonar la carrera de un artista, observando también la contraparte, o sea, aquellos que buscan alcanzar el éxito en los escenarios a través de la  seducción, del sex appeal y el franco ofrecimiento de favores asociados a la actividad sexual.  

Por otra parte, hay que señalar que, para algunos medios de comunicación, y en especial los dedicados a la prensa amarillista tanto impresas como en la red, el hecho de “destapar” y hacer públicas las historias que sugieren o afirman un escándalo de este tipo, son un jugoso bocado que le aumenta el número de lectores y hace viral cualquier asomo o insinuación de un suceso en donde un “intercambio” entre el poder y el ofrecer este implícito. No cabe duda de que los renglones oscuros de la naturaleza humana son la noticia que vende, y este acto debería de ser también no solo vergonzoso, sino censurable. 

Es muy cierto y de todos conocido, que los mentados “mentores” existen en todos los niveles y son aquellos quienes a través de mentiras de su posición de poder y/o a través de la fama que detentan, ya sea como productores, estrellas o directores, ofrecen un papel, una plataforma de proyección, o el simple hecho de relacionar al talento artístico que se les acerca, en sus aspiraciones para lograr la fama. 

Este tema, como ya lo he dicho, no es nada nuevo y es uno de los actos más repudiables que hay en el medio artístico. Se necesita mucha valentía y coraje, para hacer público que se sufrió alguno de estos actos de violación, en la búsqueda de una oportunidad laboral en la industria del entretenimiento. 

Weinstein, Kevin Spacey e incluso Woody Allen, han sido implicados en casos muy puntuales de este acoso; e incluso en México, la actriz Karla Souza, Salma Hayek o Kate del Castillo, han decido unirse a los movimientos apoyados por Oprah Winfrey o Catherine Deneuve #MeToo y #MeNeither para poner en evidencia a quienes han pretendido, e incluso logrado abusar de su posición y poder en el medio del espectáculo y evitar que esto siga sucediendo a todos los niveles. 

Por otra parte, es innegable también que, desde otra perspectiva, existen también quienes han pretendido abiertamente lograr colocarse como figuras del espectáculo a través de la filosofía del “yo alcanzaré el éxito, cuésteme, lo que me acuésteme”.  Ellos y ellas son quienes han tratado de sustituir su falta de talento por una abierta provocación. De esos casos hay muchos, pero por supuesto, de esto no se habla en los medios, sin embargo, es un secreto a voces y una situación de la que nadie se queja y mucho menos, es notica. 

Mi punto de vista y experiencia personal en la industria del espectáculo es que en ambos casos: la corrupción, la falta de educación, de valores, de ética y profesionalismo salta a la vista. 

Estoy muy de acuerdo con la frase que dice que “el gato es un animal muy limpio e inteligente, y en el lugar donde come, no va a hacer del baño”. 

Sobre todo, en un país como el nuestro, dónde “la reputación es solo un cuento convertido en rumor”.