Usted está aquí
‘Poniatowska, mujer al lado de las causas justas’
GUADALAJARA.- “En todos estos años Elena no ha dejado de ser una excelente periodista, las tragedias que al parecer ocurren de manera cíclica en nuestro país, han sido objeto de su atención, observación e inteligencia; desde La noche de Tlatelolco a La herida de Paulina, todos esos acontecimientos que tocan tanto lo público como lo personal, han contado con el interés y el análisis sencillo pero profundo de Elena”, afirmó el escritor Fernando del Paso.
Del Paso fue el encargado de recorrer la labor literaria, pero ante todo, la periodística, de Elena Poniatowska, de hablar de su vida y su obra, de cómo llegó al periodismo y a la literatura y de cómo ayer fue investida con el Doctorado Honoris Causa por la Universidad de Guadalajara, quien reconoció en la autora de Hasta no verte Jesús mío, la obra de una mujer congruente que ha estado del lado de las causas justas.
“La Universidad de Guadalajara, mi universidad, cuya Federación de Estudiantes Universitarios fundó en días pasados la Cátedra Elena Poniatowska, le entrega el Doctorado Honoris Causa a Elena Linda”, enfatizó Fernando del Paso en su discurso leído con entereza y en el que destacó que La noche de Tlatelolco y La herida de Paulina son los más destacados libros a los que él acudiría para referirse “a una actividad primordial que ha sido desarrollada de la manera más consciente posible mediante una inversión de tiempo que la sociedad debe agradecer”.
Entérese: Honra Elena Poniatowska a Julio Scherer
Recordó las explosiones de gas ocurridas en abril de 1992, en donde murieron 700 personas y 15 mil quedaron sin hogar; citó a escritores más jóvenes que siguen potenciando el estado: Antonio Ortuño, Bernardo Esquinca, Adriana Díaz Enciso, Mauricio Montiel Figueiras y Víctor Ortiz Partida; celebró la Feria Internacional del Libro, donde el año pasado resultó aleccionador escuchar todos los días y a distintas horas el conteo de los 43 desaparecidos de Ayotzinapa.
“No hubo sesión a la que yo asistiera en la que no se leyera el admirable poema ‘Caballo de batalla’, de David Huerta, hoy traducido a varios idiomas. Ahora, en este recinto, siento que se escuchan los murmullos de Comala, los gritos revolucionarios de Demetrio Macías, las letanías de las mujeres que cubren su cabeza con un rebozo, y el ate de guayaba y de membrillo que se espesa en grandes peroles de Agustín Yáñez, los desplantes de Lupe Marín, los papeles al viento de Chucho Reyes, los altos muros y los espejos de agua de Luis Barragán, los cánticos a Dios del padre Plascencia. Hoy 1 de diciembre 2015, sólo me queda agregar que me sale del alma gritar con calor, abrir todo el pecho, echar este grito: ¡Qué lindo es Jalisco, palabra de honor”, con el que selló su discurso.
El Doctorado Honoris Causa le fue concedió a la escritora Elena Poniatowska, dijo el rector de la Universidad de Guadalajara, Tonatiuh Bravo Padilla, por “sus aportaciones en sus diferentes ámbitos de la literatura y periodismo que ha contribuido a enriquecer la cultura de México y el mundo. Sus contribuciones al fortalecimiento de los derechos humanos, las causas sociales y los valores democráticos, así como por su influencia en la formación de nuestros estudiantes”.