Saltillo, Coahuila.- Polleros ofrecen a migrantes pasar a sus hijos de “forma segura” a Estados Unidos, niños y niñas que en el intento quedan varados en el camino, explotados sexualmente o en manos de la delincuencia organizada.

Familias migrantes con pequeños en edad escolar aseguraron el ofrecimiento de polleros o coyotes que proponen entregarles a sus hijos al llegar a Estados Unidos durante su paso en Coahuila, quienes son amedrentados con que las autoridades en Coahuila van a quitárselos y los asaltos en el camino.

Pero también ofrecen este servicio ilegal a los padres que ya se encuentran cumpliendo el sueño americano, agregó Alberto Xicoténcatl, Director de la Casa del Migrante.

Una situación que pudo ser el caso de la niña de 7 años, originaria de El Salvador, encontrada en la orilla del Bravo, ahora a disposición del Instituto Nacional de Migración (INM).

De acuerdo con cifras de la dependencia, al menos 4,133 niños y adolescentes llegaron solos a México con la intención de llegar a Estados Unidos durante 2020.

“Es muy común que los papás se van a EU y logran cierta estabilidad pidan a otros familiares que manden a sus hijos con coyotes, niños que viajan con traficantes y al ver que no los pueden pasar los abandonan”, comentó Xicoténcatl.

Pero el riesgo es mucho más grande que todos los peligros que enfrentan las familias durante el trayecto, pues los menores pueden caer en peores situaciones de las que estaban en su país, agregó, como ser  víctimas de robo, violación, abuso sexual, secuestro, reclutamiento como miembros del crimen organizado y transportación oculta en camiones, lo que incluso pone en riesgo su vida.

“Son redes de delictivas muy complejas que convierte en una cifra negra el número de niños migrantes”, agregó, quien además señaló que en lo que va de la pandemia se han recibido dentro de la Casa del Migrante a cerca de 40 familias, la mayoría formada por papá, mamá y 3 niños de entre 6 meses y hasta 10 años de edad.

Adicional a los adolescentes que aseguran ser mayores de 18 años aunque aparentemente son jóvenes de entre 13 y 17 años.

“Pasa mucho que llegan a la Casa del Migrante y aunque se ven muy jóvenes ellos aseguran ser mayores de edad y como nuestro manifiesto es “a decir verdad” no hay manera de reportarlos con las autoridades como menores de edad que viajan solos hacia Estados Unidos.

SE OLVIDAN DE JUEGOS, BUSCAN DÓLARES: EL SUEÑO AMERICANO DE INFANTES

Génesis N, es parte de los miles de niños y niñas que atraviesan Coahuila con sus padres pidiendo dinero en los cruceros y viviendo bajo un puente en espera de arribar el tren para continuar su camino.

Esta pequeña de 10 años usa ropa de varón impuesta por sus padres para evitar que corra un mayor riesgo al ser niña; su deseo más grande es convertirse en doctora o maestra y “al trabajar y ganar muchos dólares” traer consigo a su abuela o enviarle dinero para que no pase más hambre.

“Quiero seguir en la escuela y ganar mucho dinero curando personas o enseñando a niños a leer”, expresó la pequeña con acento salvadoreño a quien no le interesan más los juguetes.

Sin embargo, existe una alta probabilidad de que al llegar a Estados Unidos, ella al igual que sus padres, se dediquen a la pizca o se convierta en una trabajadora más antes de poder acudir a una escuela.