Políticos a la Trump
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Políticos a la Trump
El orgullo nacionalista entra nuevamente en tricolor efervescencia, no tanto por el inicio del mes patrio, ni porque la FIFA haya decidido anular aquella mácula futbolera del 7-1 contra Chile, sino por la más furibunda, franca y comprensible indignación.
La visita del candidato republicano a la presidencia de los EU a nuestro País, suponía una alegre oportunidad para que el Presidente de México sumara sus primeros puntos positivos en mucho tiempo (digamos, desde que se deshizo de su suéter de los Ositos Cariñositos).
Tampoco se trataba de que sacara raja de la visita del fascistoide gringo, simplemente de que el Gobierno de México fijara una postura sobre los temas que nos atañen y con los cuales el candidato le dora la píldora al sector más reaccionario, ignorante y lumpen del pueblo norteamericano.
Un poco de firmeza y EPN hubiera experimentado por primera vez en su vida el sabor de la aquiescencia, pero en vez de ello prefirió recibirlo como a Quetzalcóatl, darle trato de Jefe de Estado y despedirlo con una canasta de dulces de Doña Goyita.
La actitud fue tan entreguista que uno se abochornaba de ver este espectáculo en compañía de adultos mayores o con menores de edad. De perdido le hubieran puesto una advertencia al inicio, o avisado que aquello era clasificación C (Atención: contiene escenas explícitas de sodomía diplomática).
Y apenas le estaba preguntando Peña Nieto al insufrible Trump si de verdad pensaba telefonearle al día siguiente, cuando salieron de sus madrigueras los incondicionales de esa catástrofe llamada Gobierno de la República a decirle al Presidente “¡Tú muy bien!”.
¡Nada de eso! ¡Mal! ¡Muy mal! ¡Terriblemente mal!
Entiendo que el Gobernador de Coahuila esté obligado a salir a darle el espaldarazo al “Preciso”, pero lo único que consigue “El Primer Copete de la Nación” es que se hundan todos con él, arrastrándolos a todos a ese abismo de impopularidad como si no pudieran zozobrar ellos solitos por sus propios medios.
Trump, por supuesto, regresó a casa, regaló los dulces a su jardinero, se quitó el traje, agarró una bebida fría y se sentó a ver, por Tv en vivo, cómo crecía su popularidad luego de haber sojuzgado al Comandante en Jefe del País vecino (no, no es Canadá, por si se lo preguntaba); y por supuesto que ya jamás le habló a Quique para desayunar y hasta lo bloqueó del Face.
Está visto que para vergüenzas no se gana en este País y que el “masiosare” profanó con su planta el suelo patrio ¡en respuesta a una atenta invitación! O sea que hasta las gracias le salimos debiendo.
Me parece que en relaciones internacionales no nos habíamos colocado en semejante desventaja desde la última entrevista que sostuvieron Hernán Cortés y el Emperador Cuauhtémoc, pero hay que considerar que al Águila que Desciende le estaban tatemando las de futbolear.
¿Pero a Peña Nieto…? sólo que Trump le estuviera haciendo manita de puerco, amenazándolo con investigar, en caso de llegar a la Presidencia de los EU, el financiamiento de su campaña presidencial de 2012 (¡hombre, pos ahora que lo pienso, no suena para nada descabellado! ¡Lástima que nunca lo podremos constatar!).
Con todo lo aborrecible que me resulta el bolillo peludo ese, con nombre de pato y gesto de estreñimiento, Donald J. Trump, es sólo un político con visión empresarial, formado en los más recalcitrantes “valores” del imperialismo y de la “supremacía” blanca. Es decir, es básicamente “white trash” pero con dinero.
Y siendo político, dirá cuanto tenga que decir con tal de ganarse el voto del segmento al que intenta granjearse, así no esté realmente de acuerdo con lo que pregona, o no tenga la más republicana idea de cómo demonios cumplir lo que anda prometiendo por aquí y por allá. Es político, y casi por definición o antonomasia, sabemos que va a hacer declaraciones oportunistas, irreales y demagógicas.
Los políticos son iguales aquí en México, en USA o en Corea del Norte, lo que varía es su público (derechas, izquierdas, conservadores, progres, furiosos, moderados) y de acuerdo a este público variará el discurso que el politiquete maneje y su habilidad -así como la de su equipo- para vendernos dicho discurso.
Pero a otro lado, pensaba llegar yo con la nota introductoria sobre la visita de Trump, aunque para variar me extravié y ahora tengo que preguntar mi ubicación o pedir un aventón o un Uber.
¡Concluimos el jueves! Hasta entonces, cuídese de las súper potencias extranjeras
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