Política de seda

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Política de seda

El discurso siempre es el mismo: “apretarse el cinturón”, “será el año de la austeridad”, “ni un boleto de avión más de primera clase”. Las promesas de tener una Cámara de Senadores, o Diputados, sin excesos se repite cada semana, cada mes, cada que les ponen un micrófono enfrente; sin embargo, las palabras vuelan y los gastos innecesarios aparecen perdidos en notas en los interiores de los periódicos nacionales.

El más reciente gasto inútil lo dio a conocer el diario capitalino 24 Horas: para ejercer la democracia el político tiene que vestirse bien y eso nos costó 392 mil pesos, por lo menos en el Senado. La Cámara Alta suscribió el contrato con la empresa de diseño Pineda Covalin S.A. de C.V., para la adquisición de 400 corbatas y 400 mascadas de seda. La periodista encargada del reportaje, Estéfana Murillo, señaló que “de acuerdo con las especificaciones del contrato, las 400 corbatas fabricadas 100% de seda twill, fueron diseñadas -a petición del senado- en colores rojo, azul, amarillo y verde, distintivos de los grupos parlamentarios que integran esta cámara. adicionalmente, se habrían adquirido 400 mascadas en colores, rojo, azul, amarillo y fucsia, también de seda”.

Nimiedades, ¿qué son 392 mil pesos, en un presupuesto de miles de millones de pesos? No es la cantidad, es ir un paso más allá, es la acumulación de gastos inútiles, a la par de corbatas y mascadas, está el valet parking de millón y medio de pesos, los boletos de avión de 150 mil pesos en primera clase y los puentes que algunos senadores se toman de 11 días. La política de aquí no pasa nada, no hay investigación, no hay que dar explicaciones, nadie nos va a hacer cambiar.

El cinismo se acumula, hace 10 meses en esta misma columna comentábamos el regalo de Navidad que prepararon, también en la Cámara de Senadores, chocolates con la cara de cada uno de los legisladores; sí, “alguien”, porque siempre es “alguien”, nunca tiene nombre y apellido pero se le ocurrió destinar dinero del erario para ese detalle navideño, los ridiculizamos los medios pero no pasó nada, los chocolates se hicieron y se repartieron.

La reportera hizo la pregunta obligada después de saber el costo, ¿y dónde fueron a parar las corbatas y mascadas? Eso requiere otra petición al INAI (Instituto Nacional de Transparencia Acceso a la Información y Protección de Datos Personales), el Senado no fue capaz de decir cómo y a quién se las repartió. Si quieren saber esa respuesta háganla por la vía formal.

Esto es solo otra raya más al tigre, aunque ésta nos rompe cualquier metáfora, ya que nos enrostra que en nuestro País la política la siguen ejerciendo personajes; más bien, personalidades con mascada de seda al cuello.