La violencia se hizo presente en el futbol brasileño y llegó a tal grado que la policía le tuvo que disparar a los jugadores. 

Todo ocurrió en un juego del campeonato regional de Sur-Mato-Grossense donde se enfrentaban el Aquidauanense y Águia Negra.

La trifulca comenzó cuando un jugador del Aguia fue expulsado. Cuando el jugador salió del campo comenzó una bronca entre los integrantes de la banca y la policía tuvo que intervenir.

La pelea terminó cuando se escuchó un disparo y un jugador cayó al césped, aunque se confirmó que nadie salió herido. El juego se reanudó después de 30 minutos. 

Según la prensa local no hubo detenidos pero sí hubo denuncia de algunos jugadores. El comisario anunció que se realizará una sería investigación de todo lo que sucedió.

 “Fue necesaria la intervención de la Policía Militar para acabar con el tumulto y evitar mayores daños, utilizando equipos y municiones no letales”, mencionó en un comunicado.