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Podría vivir sin ellos
El cuerpo humano es increíblemente resistente. De hecho, podríamos perder porciones de órganos vitales y sobrevivir. Otros órganos pueden ser extirpados por completo sin provocar grandes repercusiones en nuestra vida.
Es lo que veremos a continuación.
Bazo
Este órgano está situado en la parte posterior izquierda del abdomen, debajo de las costillas. A veces es necesario extirparlo, por lo general debido a una lesión.
En el bazo se llevan a cabo dos funciones importantes: el reciclado de plaquetas y de glóbulos rojos y blancos. Se puede vivir tranquilamente sin bazo, porque el hígado también se encarga del reciclaje de los glóbulos rojos y sus componentes. Los tejidos linfáticos también colaboran con la función del bazo.
Estómago
El estómago desempeña cuatro funciones principales: la digestión mecánica, al contraerse para triturar la comida; la digestión química, mediante la liberación de ácidos que ayudan a descomponer químicamente los alimentos, la absorción de nutrientes y la secreción (que implica ceder su contenido a otros órganos).
Cuando se extirpa el estómago, los cirujanos conectan directamente el esófago al intestino delgado. Con una buena recuperación, los pacientes pueden seguir una dieta normal, asistida con suplementos vitamínicos.
Órganos reproductivos
Los principales órganos reproductivos en los varones y en las mujeres son los testículos y los ovarios, respectivamente. Se trata de estructuras pares pero solo hace falta que funcione una de ellas para procrear.
La extirpación de uno de esos órganos o de ambos se debe por lo general a un cáncer en los varones, o a un traumatismo severo.
En las mujeres también puede extirparse el útero, pero este procedimiento (histerectomía) elimina la menstruación e impide tener hijos.
La experiencia indica que las mujeres a las que se les extirpan los ovarios no sufren una reducción en su esperanza de vida. Curiosamente, en algunas poblaciones masculinas, la extirpación de ambos testículos suele propiciar un aumento en la esperanza de vida.
Colon
El colon (o intestino grueso) es un tubo de aproximadamente 1.5 metros de longitud dividido en cuatro partes: ascendente, transverso, descendente y sigmoideo. Sus principales funciones son la de extraer agua y preparar las heces, compactándolas.
La presencia de tumores u otras enfermedades puede provocar la necesidad de extirpar la totalidad o una parte del colon.
La mayoría de los pacientes se recuperan bien después de esta operación quirúrgica, aunque notan algunos cambios en sus hábitos intestinales. Inicialmente se recomienda una dieta blanda para ayudar en su restablecimiento.
Vesícula
La vesícula se sitúa debajo del hígado, en la parte superior derecha del abdomen, justamente por debajo de las costillas. Almacena una sustancia denominada bilis, que se produce en el hígado y sirve para ayudar a descomponer las grasas, pero cuando no se necesita en la función digestiva, se almacena en la vesícula.
Cuando los intestinos detectan grasas, se libera una hormona que hace que la vesícula se contraiga, introduciendo bilis en los intestinos para ayudar a digerirlas.
Sin embargo, el exceso de colesterol en la bilis puede formar cálculos biliares, capaces de bloquear los diminutos conductos que la transportan. Cuando esto ocurre, el paciente puede necesitar una extirpación de la vesícula. Esta operación se conoce como colecistectomía.
Apéndice
El apéndice es una pequeña estructura vermiforme con un extremo ciego situada en la unión de los intestinos delgado y grueso. Inicialmente se pensó que era un vestigio inútil, pero actúa como un ‘refugio’ de bacterias beneficiosas para el intestino, que permite repoblarlo cuando es necesario.
Debido a su extremo ciego, cuando entran en él ciertos contenidos intestinales les puede resultar difícil salir, en cuyos casos el apéndice se inflama. Esa inflamación se denomina apendicitis. En casos graves, es necesario extirpar el apéndice (apendiceptomía)
Riñones
Todos tenemos dos riñones, pero es posible sobrevivir con solo uno de ellos; incluso sin ambos.
La función de los riñones es la de filtrar la sangre para mantener el equilibrio del agua y los electrolitos, así como el equilibrio de la acidez y la basicidad.
Los riñones eliminan muchas cosas que no necesitamos, filtrándolas y excretándolas en forma de orina.
Hay muchas razones por las que debe extirparse un riñón, o ambos: a causa de enfermedades hereditarias, daños producidos por fármacos o alcohol, e incluso a causa de una infección.
Si a una persona le fallan los dos riñones, debe ser sometida al proceso llamado diálisis, el cual se puede realizar de dos formas: hemodiálisis y diálisis peritoneal.
En la primera se utiliza una máquina que contiene una solución de dextrosa para limpiar la sangre; en la otra se emplea un catéter insertado en el abdomen para la introducción y la extracción manual de la solución de dextrosa. Ambos métodos extraen residuos indeseables del cuerpo.
La esperanza de vida de una persona sometida a diálisis depende de muchos factores, incluyendo la edad y el sexo.
Investigaciones recientes han encontrado que una persona sometida a diálisis a los 20 años puede vivir entre 16 y 18 años más, mientras que una persona de 70 años tal vez viva solo cinco años.
(El autor, Adam Taylor, es profesor de Anatomía Clínica/ © Ediciones El País, SL. Todos los derechos reservados)