Hay ocasiones que un parto termina con todas las unidades de sangre que se tienen en el banco, y las personas no regresan con la cuota requerida para reposición.

La coordinadora de Auxiliares de Diagnóstico del Hospital General No. 1, Lorena Borja Márquez, explicó que hay dos tipo de donadores: los dirigidos y los altruistas. Los primeros son llevados por familiares de quienes necesitaron una donación de sangre y necesitan reponerlas, y los segundos van por su propia voluntad.

Es en estos últimos dónde Saltillo muestra alto grado de apatía, pues nadie de manera altruista se acerca a realizar una donación, por lo que llama a la ciudadanía a acudir a la Unidad Familiar Clínica 73 del IMSS.  

Entre los principales requisitos para ser donador, destaca: acudir en ayunas, debidamente descansado y no haber ingerido alcohol en las últimas 72 horas, que hayan pasado más de 3 meses si anteriormente había donado, tener entre 18 y 65 años, pesar más de 50 kilos y, en mujeres, no estar en periodo menstrual ni postparto.

Otros de los aspectos que se toman en cuenta son no haber tenido alguna cirugía, ni tatuajes, perforaciones o acupuntura durante el último año, estar fuera de cualquier tratamiento y que no se tenga más de una pareja sexual en los últimos 12 meses.

La especialista destaca que en el Seguro Social ninguna intervención quirúrgica urgente queda sin realizarse por falta de sangre, por lo que llama a la corresponsabilidad y a la participación en esta noble acción ya que “todos en algún momento podemos requerir sangre”.

Detalla que el proceso comienza a las 07:00 horas con la aplicación de un cuestionario y toma de muestra para descartar posibles enfermedades contagiosas. Mientras se emiten los resultados de laboratorio, un médico entrevista al predonador de manera individual. Una vez que se aprueba, se procede a tomar el flujo sanguíneo, se solicita al donante que permanezca en reposo unos minutos y concluye el procedimiento.

Quiénes no pueden donar sangre:

Las personas que padecen diabetes.
Enfermedades del corazón.
Hipertensión.
Epilepsia.
Hepatitis B o C.
Paludismo.
Brucelosis.
Sífilis o VIH/Sida.
Tuberculosis y embarazadas.