El suspendido presidente de la UEFA, Michel Platini, cumplió hoy con su palabra y no acudió a la vista ante la comisión de ética de la FIFA.

El ex futbolista francés fue citado para una audiencia en la sede de la FIFA, en Zúrich, en la que debía dar su versión sobre un dudoso pago de dos millones de francos suizos (unos dos millones de dólares) que recibió en 2011 por parte del presidente de la FIFA, Joseph Blatter.

Platini ya había anunciado a través de sus abogados que no acudiría a la vista por considerar que el proceso es una "farsa".

El presidente de la UEFA estuvo representado hoy en Zúrich por el abogado Thibaud d'Alès. "Veremos si (la FIFA) comprendió nuestros argumentos", dijo el letrado a la edición de hoy del periódico "L'Equipe".

D'Alès escribió un documento de 120 hojas en francés en el que pide a la cámara de decisión de la comisión de ética de la FIFA que exculpe a Platini.

La cámara de investigación ya terminó con sus pesquisas y recomendó sanciones para ambos dirigentes. Se espera que la cámara de decisión, que escuchó el jueves a Blatter durante ocho horas, anuncie su fallo el lunes.

Platini y Blatter fueron sancionados de forma provisional el 7 de octubre con 90 días de suspensión por el sospechoso pago. Según ambos, se trata de unos honorarios transferidos con retraso por el trabajo de asesoramiento que Platini hizo para la FIFA entre 1998 y 2002. Sin embargo, los investigadores sospechan que podría tratarse de un soborno para garantizar el apoyo de la UEFA a la reelección de Blatter en 2011.

El suizo, de 79 años, aseguró el jueves durante su declaración que el pago no fue ilegal. Antes, en una entrevista con el periódico "Weltwoche", señaló: "El trato con Platini pasó por la comisión de finanzas, por el comité ejecutivo y por los órganos de control. También pasó al Congreso. Se aprobó todo".

Los abogados de Blatter solicitaron que le declararan inocente.

Platini confía en que la FIFA dé por válido un documento de la UEFA de 1998 en el que se detallaba que Platini recibiría un millón de francos suizos por cada año que trabaje para la FIFA. Ese documento, según el periódico francés "Journal du Dimanche", fue presentado en 1998 ante el comité ejecutivo de la FIFA y podría ser la salvación del francés.