A plantón de jubilados, ¿oídos sordos? (2)

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A plantón de jubilados, ¿oídos sordos? (2)

21 días y sus noches demoró el titular del Ejecutivo en Coahuila para recibir a las  profesoras y profesores instalados en plantón permanente frente a sus oficinas. No para resolver sus demandas, sino para hacer un espacio en su agenda y dialogar. 

21 días y sus noches. No fue un tiempo que ocupó para analizar la problemática y mandar que alguien hiciera algún plan de trabajo para abordar un asunto que se viene gestando desde hace años. Todo ese tiempo, solo para abrir un espacio en la agenda. Y ofrecer mesas de trabajo. 

¿Tan ocupada estaba la jornada de trabajo? De seguro así lo consideran en el Gobierno de Coahuila. 

¿Qué pudieron observar los otros? Mientras las profesoras y profesores jubilados seguían frente a las oficinas del Gobierno del Estado, el (todavía) Gobernador tenía tiempo de cenarse unas tortas “Popeye” con el  Alcalde de Torreón, un exasesor presidencial y dos acompañantes más. 

Mientras en Plaza de Armas, jubilados y pensionados seguían montando guardia, el titular del Ejecutivo levantaba el pulgar, sonriente para la foto publicada en redes sociales el pasado primero de mayo, como recomendando la cena, la compañía o asegurando se la pasaba bastante bien. 

Así la sensibilidad. Así las prioridades. 

El plantón de jubilados y pensionados no la tuvo sencilla. Todos esos días y sus noches no fueron suficientes. 

Una comitiva se apersonó en la Facultad de Jurisprudencia, para entregarle un texto al Presidente de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Un contingente de maestras y maestros quisieron acercarse en la visita del Secretario de Gobernación, con el mismo fin. Armaron un desfile alternativo de día del trabajo. Y un largo etcétera. 

Por fin, por escrito, el Secretario de Gobierno agendó una entrevista con el (todavía) Gobernador. Una cita a las nueve de la noche.

En el camino, el Secretario General de la Sección 38 del SNTE publicó un desplegado dirigido “A la opinión pública”, señalando la aportación económica del Gobierno del Estado por un total de 50 millones de pesos y asegurando se tenían los anaqueles de las clínicas al 70%. Asegura, en el desplegado, “la gran disposición para solucionar este conflicto” de parte del Ejecutivo. 

Luego, señala “la preocupación” de que los afiliados de la Universidad Agraria pagan menos.  Y agrega, que “si no están contentos con lo que el SNTE les ofrece, pueden optar por otro servicio médico, ya sea el IMSS o el ISSSTE que cubra las necesidades que requiera”. Dentro de la legalidad, aclara. 

¿Divide y vencerás? ¿En verdad para eso se emplean los recursos del sindicato, para pagar desplegados de ese tipo? En fin. 

La falta de medicinas es una parte del problema. El asunto, de fondo, es que el esquema de salud en Coahuila está enfermo. Y no solo en Coahuila, por cierto. Lo muy censurable es que se busque la solución afectando la sección más vulnerable de la cadena. Eso de preferir enfrentar entre ellos a los jubilados, antes que enfrentarse contra los que quebraron el sistema.  

Un asunto de sensibilidad y prioridades. Quien no esté en el ánimo del Ejecutivo, a buscar la manera de ser atendido. A esperar, no queda de otra. 

Las mesas de trabajo, producto de la cita que al fin concedió el titular del Ejecutivo, se efectuaron a lo largo de la semana. Hoy domingo, según se sabe, se tomarán algunas decisiones. ¿Serán producto del diálogo o la formalización de lo que ya adelantaba el de la Sección 38?

Veremos y diremos.  

@victorspena
www.victorspena.net