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Plácido Garza... en continuo ascenso
Bien se puede decir que el montañismo ha sido escuela en la vida del neoleonés Plácido Garza, nacido en Monterrey y sampetrino desde hace 40 años. El periodismo y la escritura son parte de sus amores, siendo también consejero de administración de varias empresas. Descrito a sí mismo como positivo, optimista y cero fatalista, con desagrado al melodrama y de las apologías de las personas frente al dolor.
Inmerso desde siempre en el deporte, antes de encontrase con las travesías de montaña hace 24 años, participó en 52 importantes maratones de México, Nueva York, Chicago, Boston, Berlín, París, Ámsterdam, Moscú, entre otros. Además de haber sostenido un sinfín de carreras 21, 10 y 5K y correr ocho veces el Ultramaratón de la Sierra Tarahumara, en Guachochi, Chihuahua.
El abrazo a la naturaleza es su motivo de buscar una cumbre, “La montaña es mi elemento. Cada vez que subo una montaña siento que me elevo en el aire y estando arriba no me dan ganas de bajar. Todo allá arriba es diferente. El sonido del silencio es de lo más bello”, explica Plácido mientras comparte el ritual de los montañeros, “Antes de subirla le pedimos permiso y que nos ayude a bajar con bien”.
Muchos son los recuerdos atesorados, destacan las que ha disfrutado en compañía de su hijo Santiago. El Pico de Orizaba, el Sótano de las Golondrinas, el Cañón de Ballesteros, el Pico Piñón, observar la “M” de la Sierra Madre invertida, algunos de sus lugares memorables.
“A las montañas no se les desafía ni se les conquista, se les respeta. Ellas están ahí desde millones antes que nosotros y seguirán otros millones más cuando muramos”, menciona Plácido muy puntualmente.
Del montañismo a escalda, “Mi aprendizaje es que, a diferencia de la vida diaria a ras de suelo donde es de humanos equivocarse, trepando una pared no te puedes equivocar porque te cuesta la vida. Entonces, rebasamos la dimensión de lo humano”, comparte Garza.
Testigo de que se requiere de un equilibrio física y emocionalmente, Plácido dice que, “Cuando uno anda mal anímicamente, ni trayendo toda la condición física somos capaces de subir un escalón”.
Esta historia ha de seguir escribiéndose, aunque tal vez desde otro punto. En 2021 Plácido va al Everest, de alcanzar el cometido, este ha de ser su retiro del montañismo para entonces dedicarse a escribir un libro.