Corría el verano del año 2003 cuando los estudios Disney sorprendieron a propios y a extraños con una superproducción basada en su atracción turística de Disneylandia en Anaheim, California, de “Piratas del Caribe”.
 
Y es que la cinta dirigida por Gore Verbinski tuvo como base principal un buen guión que hizo honor a la mera diversión que propiciaba la mencionada atracción turística de la autoría de los escritores entonces recién nominados al Oscar Ted Elliott y Terry Rossio (por “Shrek”, del 2001) dio lugar a una cinta que de costar la fuerte suma de 140 millones de dólares en producción vino obteniendo a nivel global una recaudación de poco más de los 650 millones que como “cereza del pastel” obtuvo a la hora de las nominaciones al Oscar un total de cinco candidaturas destacando la de Mejor Actor para su protagonista masculino Johnny Depp.

Gracias al personaje del pirata ebrio y parlanchín Jack Sparrow de quien Depp se inspiró nada menos en su héroe musical Keith Richards de los Rolling Stones, el actor tuvo un “segundo aire” en su filmografía, adquiriendo mayor respetabilidad histriónica (volvió a ser nominado al Oscar en el 2004 por “Descubriendo el país de nunca jamás” y en el 2007 por “Sweeney Todd”) así como mayores bonos financieros al convertirse en automático en uno de los actores más cotizados de la industria hollywoodense … esto hasta sus fatales elecciones de años recientes desde “El llanero solitario”, del 2013; “Trascender”, del 2014 o “Alicia a través del espejo”, del 2016, entre otras.
 

En ese contexto no sorprende que Depp se haya decidido a ir “a lo seguro”, y por quinta ocasión interpreta al Capitán Jack Sparrow en “Piratas del Caribe 5: La venganza de Salazar”, pero sí lo hace que en esta ocasión en lugar de ser protagonista a pesar de mantener el primer crédito es junto al villano del título Salazar (interpretado por el español Javier Bardem) pasa a ser antagonista de la trama puesto que alrededor de quien gira la trama es de Henry Turner (Brenton Thwaites, de “Maléfica”) , hijo de Will (Orlando Bloom) y Elizabeth (Keira Knigthley) se lanza nueve años después de que su padre le asegura que nada podrá romper la maldición que lo mantiene cautivo en el navío “El Holandés” vislumbra la forma de rescatarlo de la misma.

Esto justo después de que se entera de que esto puede conseguirlo al encontrar el tridente de Poseidón escondido en una isla secreta, y que sólo Jack Sparrow puede ayudarlo a obtenerlo, pero al toparse en el camino con el temido Capitán Salazar (Bardem), quien sufre por su parte por una maldición que propició un encuentro en el pasado con Sparrow, al enterarse que la consigna de Henry es dar con el singular pirata lo utilizará como señuelo para consumar la venganza del título de este capítulo.
 
“Piratas del Caribe 5: La venganza de Salazar” tiene, por todo lo antes comentado, un bien equilibrado guión de la autoría en su caso de Jeff Nathason (“Atrápame si puedes”), quien logra unir las historias de los nuevos protagonistas con las de los anteriores a la perfección haciendo de paso con homenaje a la cinta original, “La maldición del perla negra”, siendo una montaña rusa en la que no dejan de dejar su huella los cineastas noruegos Joachim Ronning y Espen Sandberg (“Kon Tiki”).
 
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