Luego de que lo encontraron desmayado en su hogar, familiares de Ramiro Martínez Moreno, de 57 años, lo abordaron a un coche y partieron rumbo a un hospital, pero ya la vida había abandonado a la víctima.

La hija de Ramiro relató que lo encontró inconsciente en el baño de su casa, ubicado en la calle Lázaro Cárdenas, de la colonia Pueblo Insurgente, por lo que decidieron ir en busca de ayuda antes que esperar por las asistencias médicas.

Alrededor de las 14:30 horas, cuando la familia viajaba a bordo de un vehículo Chevrolet Sonic por el periférico Luis Echeverría, vieron a una ambulancia de la Cruz Roja que atendía un choque sobre la lateral, antes del bulevar Isidro López.

Detuvieron su marcha y pidieron a los socorristas que revisaran a Ramiro, argumentando que el hombre padecía desde hace tiempo diabetes e hipertensión, por lo que podría haber caído en un coma debido a tales enfermedades.

Sin embargo, los rescatistas dejaron abatidos a los parientes de Ramiro, pues confirmaron que ya no presentaba signos vitales, dando aviso a las autoridades de la Unidad de Investigación de Homicidios para que tomaran conocimiento.

LO RESGUARDAN
El cuerpo permanecía dentro del coche, en el asiento trasero, donde quedó recostado, mientras que los familiares relataron a la Policía de Tránsito que Ramiro era trabajador del Relleno Sanitario.

El yerno de Ramiro, Gerardo Valdés Medina, de 33 años, explicó que decidieron llevar al hombre a buscar ayuda a la sala de urgencias de la Clínica Dos del IMSS, pues tenían la esperanza de que pudieran salvarlo los médicos.

La licenciada Beatriz Adriana Vázquez Juárez, coordinadora de la Unidad de Investigación de Homicidios, se presentó personalmente para dirigir los peritajes y ordenar el traslado del cuerpo al Semefo, para realizarle la necropsia de ley.